Claroscuros dominan el panorama de la economía en México

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Una encuesta mensual del Instituto Mexicana de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) dada a conocer el fin de semana y con vigencia de un mes arroja mayores tasas de crecimiento del PIB de México al término de 2020, pero no suficientes, y a la organización le preocupa los rebrotes del Covid-19, el proceso de vacunación y el clima de inversión, lo que califica como los principales retos para la economía local.

También hay ruido en las proyecciones optimistas de la política económica de la actual administración, establecidas en los Pre-Criterios Generales de Política Económica (PCGPE) para 2022, que ponen en duda, inclusive, la estabilidad macroeconómica y reducen el potencial crecimiento.

Si bien México puede crecer este año a tasas por arriba de 4%es una tasa muy baja con respecto a los ‘rebotes’ que exhibió la economía mexicana en recesiones anteriores”, indica en sus perspectivas económicas de abril.

En la crisis de 1995, el PIB resintió una caída de -6.3% aunque un año después, en 1996, la economía tuvo un rebote de +6.8%. Hace una década, ante una de las mayores crisis financieras mundiales originadas por créditos hipotecarios chatarra, la economía nacional cayó -5.3%, pero al término de 2010 subió 5.1%.

La economía mexicana se hundió en -8.5% durante 2020, la peor crisis económica desde 1932 producto del Covid-19, y la expectativa cada vez más generalizada es durante este año se dirija a un crecimiento cercano al 5 por ciento, apoyado principalmente por el impulso externo, principalmente Estados Unidos, con estímulos por 1.9 billones de dólares y un Plan de Infraestructura con un valor de 2.5 billones.

México apenas ha destinado el 1.2% de su PIB a apoyar a reforzar su economía de los impactos que ha dejado a su paso la peor crisis sanitaria y económica en décadas, en contraste con otros países de economías similares, como Brasil (6.5% del PIB), Colombia (2.6%) o  más pequeñas, como Bolivia y Perú, con 10.6% y 9.2%, respectivamente.

Los encuestados del IMEF –sus 1,600 asociados, entre presidentes, directores generales, directores financieros, directores ejecutivos, profesionales independientes y directores académicos- apuntan a una tasa de crecimiento del PIB mexicano de 4.50% al cierre de 2021.

Sin embargo, este mismo grupo indica que hay una necesidad apremiante de mejorar el clima para la inversión, en alusión a los desencuentros que ha habido entre el gobierno y el Sector Privado.

“Se ha deteriorado significativamente, por la serie de incesantes iniciativas legislativas antimercado que, aunque no se aprueben, generan tensiones políticas excesivas y merman la confianza para invertir”, reiteró el IMEF en el nuevo reporte.

¿Y las finanzas públicas?

En cuanto a la conducción de la política económica plasmada en el documento de Pre-Criterios Generales de Política Económica (PCGPE) para 2022, el IMEF identifica supuestos optimistas de parte de la administración del gobierno federal, que alteran el cumplimiento de los objetivos de las Finanzas Públicas.

Pese a que el organismo asegura coincidir en algunas de las premisas expresadas en el documento, tales como un mayor crecimiento económico y de precios del petróleo, los supuestos optimistas implicarían, desde su punto de vista, el riesgo de tener que realizar ajustes todavía más profundos en el Gasto Público, o relajar las metas fiscales.

De manera especial, alertamos por riesgos estructurales en la planeación de las finanzas públicas en el mediano y largo plazo, que podrían poner en duda la estabilidad macroeconómica y reducir de manera importante el potencial de crecimiento de nuestra economía”, advierte.

Un entorno retador como el que hoy vive México, al igual que el resto de los mercados emergentes, orillaría al País a realizar ajustes considerables en variables financieras tan sensibles, como el tipo de cambio o las tasas de interés.

En este sentido, si no se llevan a cabo acciones para incrementar las tasas de crecimiento del PIB en el largo plazo, así como una Reforma Fiscal integral que no sólo eleve la recaudación, se ve complicado que la estabilidad fiscal que ha caracterizado a México en los últimos veinte años pueda mantenerseresalta el IMEF.

Los PCGPE dados a conocer por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estiman un crecimiento económico de 5.3% y de 3.6% para 2021 y 2022, impulsado por un rápido proceso de vacunación en el país y por la recuperación de Estados Unidos.

Contrastes

El promedio de los especialistas del sector privado consultados en marzo de este año por Banco de México ubican la cifra de crecimiento para éste y el próximo año en 4.5% y 2.7%, respectivamente.

“Las cifras anteriores sorprenden, considerando que en abril y mayo del año pasado cerraron más de un millón de establecimientos y que las medidas de apoyo fiscal destinadas al sector productivo fueron nimias (1% del PIB, siendo que en los países emergentes fueron del 6%)”, destacó Enrique Diaz-Infante, director especializado en el sector financiero y seguridad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (Ceey), en un escrito publicado la semana pasada.

Expertos coinciden que la política económica de esta administración ha sido contener el endeudamiento, sobre el 52% del PIB, y no salvar a la planta productiva.

El endeudamiento del Sector Público, sin embargo, ha ido al alza, desde un nivel de 45% del PIB al inicio del sexenio, en 2018.

Sin mayor inversión se mantendrá la tendencia negativa que exhibe la capacidad potencial de la industria nacional

“…una herencia negativa de no contar con una política industrial y pensar que el comercio exterior es suficiente, desequilibrio estructural que se exacerbó con la aparición del Covid-19”, consignó por su parte José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).