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Por Alejandra Marcos, directora de análisis y estrategia de Intercam Grupo Financiero
El país es hoy el principal socio comercial de EUA, superando a China y Canadá. Algunos indicios muestran la posibilidad de crecer hasta en 80,000 mdd en IED en los siguientes 10 años. Las exportaciones, a su vez, pueden incrementarse a un ritmo de 6.5% anual compuesto.
Posiblemente una de las palabras más empleadas dentro de las esferas económicas en lo que va del año es el nearshoring.
Un fenómeno que está en boca de todos y del que mucho se ha escrito y especulado. Algunas voces indican que es el Mexican Moment 2.0, otros se muestran más escépticos.
La realidad es que la relocalización de las cadenas productivas es el traje hecho a la medida para México, con grandes oportunidades que pudieran modificar el crecimiento estructural de nuestra economía.
Sin embargo, hay unos retos que deben de ser considerados a la hora de proyectar lo que podría significar para nuestro país.
Comenzando por los retos, entre los más relevantes se encuentran: la Falta de Estado de Derecho.
De acuerdo con el Índice de Competitividad Internacional del IMCO, México se colocó en la posición 37 de 43 países ante asuntos clave como la falta de cumplimiento del Estado de Derecho.
El segundo punto es la insuficiente infraestructura carretera. El 85% de las mercancías se transportan en camión. Se necesita una inversión de 15 mil millones de dólares para hacer viable el incremento esperado en exportaciones.
El tercer punto está relacionado con el desarrollo de Infraestructura portuaria. Según la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (AMANAC), las empresas navieras pierden hasta 6 millones de pesos (mdp) por retrasos de carga en los puertos.
La falta de personal capacitado en las aduanas ralentiza el esquema de movilidad, con detenciones de barcos hasta de dos semanas.
Un cuarto punto es que los espacios industriales presentan elevados niveles de ocupación, en tanto los inventarios de naves industriales apenas proyectan un crecimiento del 8%.
¿Sin energía?
También destaca como un punto aparte la incapacidad para generar energía y recursos hídricos de manera sostenible.
Con números de la SENER a 2022, había una capacidad instalada en México por CFE de 60,431 MW, apenas +3.5% de lo que había en 2019 y el crecimiento se ha desacelerado.
Las inversiones públicas en generación eléctrica y distribución están rezagadas lo que podría generar desequilibrios en el consumo energético.
Si bien la generación eléctrica ha aumentado poco a poco en el país, el cuello de botella es la Red Nacional de Transmisión, donde la falta de infraestructura produce el mayor porcentaje de alertas en el sistema, por lo que se encuentra rezagado respecto a la demanda.
La brecha no podrá cerrarse pronto: hay planes para levantar 777 km de nuevas líneas de transmisión en el corto plazo, pero esto solo representa el 0.7% de la red nacional.
Temor para nuevas inversiones
El sexto punto, no menos importante, se relaciona con las condiciones de seguridad.
Si el Estado falla en esta garante, las empresas tendrían que invertir más en contratar equipos de transporte robusto, guardias privados y seguros financieros que protejan la mercancía.
Esto podría mermar las ganancias e, indirectamente, la percepción y confianza sobre el país.
Durante 2022, la criminalidad en carreteras aumentó +17%, principalmente en el Bajío y la Zona Metropolitana. Asimismo, las pérdidas económicas son aproximadamente de 300 millones de dólares (mdd) al año.
Suma de voluntades
Las oportunidades y fortalezas son muchas. Es cuestión de sumar voluntades para que el nearshoring sea una realidad.
Comenzando por un marco regulatorio potente, claro y confiable en el marco del TMEC -en especial con el capítulo de solución de controversias.
México se ha convertido en el principal socio comercial con Estados Unidos superando a China y Canadá.
Algunos primeros trazos demuestran la posibilidad de crecer hasta 80,000 mdd de IED en los siguientes 10 años, en tanto las exportaciones pueden incrementarse a un ritmo de 6.5% anual compuesto.
La cercanía con Estados Unidos se convierte en nuestra principal ventaja, pues tenemos un amplio cruce fronterizo.
También contamos con mano de obra calificada que resulta atractiva para la llegada de empresas y nuevas inversiones, así como un importante acceso al financiamiento, ya que el sistema financiero mexicano es de los mejores capitalizados a nivel mundial, con bajas tasas de morosidad.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han ofrecido una ventana importante para México.
Datos del FMI señalan que las importaciones de México hacia Estados Unidos se incrementaron significativamente en algunos bienes a los cuales EE. UU. impuso tarifas.
Puntualmente, después de la implementación en agosto del 2018, la caída de 850 millones de dólares en importaciones de China fue compensada por un incremento de 850 millones en las importaciones provenientes de México.
Finalmente, el desarrollo de proveedores para industrias clave debe ser tomado como una oportunidad para empresas de todos los tamaños que quieran sumarse a la integración de las cadenas de valor.