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La demanda interna, que incluye el consumo privado, sería el motor de crecimiento de la actividad económica del país en el horizonte del pronóstico del Banco Central
El Banco de México (Banxico) dijo que sus expectativas de crecimiento económico para 2023 y 2024 tuvieron ajustes, lo que en el primer caso responde al avance del PIB del primer trimestre, arriba de sus expectativas, mientras que para el próximo año la desaceleración de la mayor economía mundial, Estados Unidos, el principal socio comercial de México, tuvo el mayor peso.
Durante la presentación de su informe trimestral, la gobernadora del Banco Central, Victoria Rodríguez, indicó que ahora la estimación central del PIB para 2023 es de 2.3% frente al 1.6% previo, con un rango de entre 1.7% y 2.9%.
Para 2024, por el contrario, se prevé un crecimiento de la economía de entre 0.6 y 2.6%, con una estimación central de 1.6%, menor a la de 1.8% del informe previo.
“A su vez, esta expectativa de crecimiento para 2024 se revisa a la baja como consecuencia de un menor crecimiento esperado de la producción industrial en Estados Unidos respecto de lo previsto en el informe previo”, apuntó.
La funcionaria dijo que la previsión es que la actividad económica presente una pérdida de dinamismo en los próximos trimestres a consecuencia de la desaceleración económica en EUA, por lo que el balance de riesgos de la actividad económica se mantiene sesgado a la baja.
“Entre los riesgos a la baja destacaría el relacionado con la posibilidad de enfrentar a una menor demanda externa, especialmente si la economía de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, cayera en una recesión profunda o duradera (donde) este no es el escenario central actualmente, pero sí es uno de los riesgos”, expuso.
Con la asistencia de los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, en una conferencia de prensa posterior, la subgobernadora Galia Borja señaló que el pronóstico de desaceleración de EUA, que estima a partir del segundo trimestre de este año, está sujeto a los riesgos de una elevada incertidumbre y al “complejo panorama externo que prevalece en la economía global”.
Rodríguez mencionó que, en compensación, los riesgos al alza para el PIB están sustentados en la demanda interna y el dinamismo del consumo privado, pero también ante el efecto del nearshoring, que, de materializarse “añadiría a la resiliencia de la actividad económica nacional”.
“Si pudiera o no haber una recesión se irá viendo más adelante. En nuestro escenario, están contempladas las cifras de desaceleración en Estados Unidos y es por ello que estamos considerando esta revisión al alza en nuestro pronóstico para 2023 y una ligera disminución para 2024”, dijo.