El comercio exterior, pilar del crecimiento

Temas comerciales dominan la atención en la semana. Revista Fortuna

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Aunque uno de los temas centrales de las agendas de los candidatos presidenciales ha sido el crecimiento económico, no se han discutido de manera específica temas relacionados con política comercial.

Esto no sería grave si no fuera porque uno de los pilares del crecimiento es precisamente el comercio exterior, que representa alrededor de 60% del Producto Interno Bruto (PIB), pero que se ha desacelerado en la última década.

Su crecimiento promedio anual fue 7% entre 2000 y 2011, por debajo del comercio mundial que alcanzó 9.9%. En términos de desempeño, en 2011 el comercio de México con el mundo alcanzó un nivel récord de 700 mil millones de dólares (mmd), pero aun con esta cifra, el país pasó al lugar 11º en 2011 (349.7 mmd) después de haber ocupado el 7º en 2001 (158.5 mmd).

El peso que el sector externo, y particularmente el comercio exterior de México, tiene para el crecimiento de la economía mexicana obliga a reflexionar sobre cómo fortalecerlo y ampliarlo. Aquí resalto los puntos que en mi opinión son destacables de las propuestas de los tres principales candidatos.

Josefina Vázquez Mota (PAN) propone desarrollar “mecanismos de inteligencia comercial competitiva” para identificar oportunidades exportadoras y da prioridad a América Latina. Propone elevar el contenido nacional de las exportaciones y fortalecer la banca de desarrollo para incrementar el financiamiento a la exportación. Apoya combatir el contrabando y las prácticas desleales de comercio, y prevé trabajar con Canadá y Estados Unidos para hacer de América del Norte una plataforma exportadora con la mira en Asia.

Andrés Manuel López Obrador (PRD, PT y Movimiento Ciudadano) propone revisar y corregir el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en todos los aspectos que sean convenientes a los intereses de México, e incluso busca revisar y, en su caso, renegociar los TLC vigentes bajo los principios de equidad de condiciones en las relaciones económicas y la creación de fondos compensatorios para el desarrollo regional. También busca aumentar la capacidad exportadora del país mediante el fomento de la competitividad, de la productividad, y de la promoción de las exportaciones.

Enrique Peña Nieto (PRI-PVEM) propone “insertarnos con inteligencia en la globalidad” e impulsar el comercio exterior, así como el incremento en el uso de insumos nacionales en la producción. Plantea una estrategia de diversificación del comercio exterior, aprovechando la extensa red de los TLC, y recuperar el mercado interno para la planta nacional, además de fortalecer su capacidad para competir en el exterior, a fin de hacer frente al desafío que plantean China e India en los mercados internacionales.

Existen coincidencias y divergencias en estas propuestas. Coinciden en la necesidad de impulsar el comercio exterior de México y reconocen la importancia de fortalecer los vínculos con la economía nacional para aumentar el contenido nacional de las exportaciones. ¿Pero cómo harán lo que hasta ahora ha sido difícil de lograr? Para dinamizar el sector exportador es urgente crear condiciones de competencia económica que genere servicios fundamentales para el sector productivo como bancario, telecomunicaciones, transporte (en todas sus modalidades), energía, y educación, por mencionar algunos; todos ellos vitales para desarrollar proveedores nacionales que puedan efectivamente vincularse con empresas exportadoras y así elevar el contenido nacional de las exportaciones mexicanas. La competitividad y productividad no se darán por decreto sino mejorando el ambiente de negocios en México.

 

Para aumentar el contenido de insumos nacionales es vital el fomento de actividades de alto valor agregado, lo que significa crecer vía la innovación; y ésta requiere de inversiones sustantivas. Aquí una verdadera reforma fiscal podría canalizar los recursos necesarios. Igualmente, la promoción de las exportaciones debe ser una política de Estado no sólo una mera identificación de oportunidades o el aprovechamiento de tratados. La promoción requiere de fuertes inversiones, con una estrategia de largo plazo y una presencia constante en los mercados objetivo.

Lo que me llama atención de estas propuestas es la ausencia de negociaciones comerciales como un instrumento para vincularse con economías dinámicas en Latinoamérica, Asia-Pacífico y el Asia Central. De hecho, resulta muy preocupante la propuesta defensiva y tal vez populista de López Obrador de renegociar los TLC existentes, pues no queda claro cuál podría ser el beneficio. Las negociaciones comerciales podrían ser un instrumento para dar mayor dinamismo a las exportaciones y reciprocidad a la apertura unilateral de la economía mexicana.

El panorama económico mundial que enfrentará el nuevo gobierno estará teñido de incertidumbre y tentaciones proteccionistas que pueden afectar las exportaciones mexicanas.

* Luz María de la Mora Sánchez es directora de la consultoría LMMConsulting, profesora del CIDE y miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi).