Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 56 segundos
“Los resultados de las finanzas públicas del primer trimestre son fuente de preocupación, especialmente en cuanto a la sostenibilidad de las fuentes de recursos”. Esto “representa riesgos importantes para sostener el gasto gubernamental o la estabilidad de la deuda pública, sobre todo hacia el proceso electoral que se avecina”
Contraviniendo el optimismo y las cifras del informe sobre las finanzas y la deuda pública del primer trimestre del año, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) consideró que la economía nacional se encuentra “lejos de una situación favorable”.
En su análisis económico semanal, el CEESP expuso que el reporte de la Secretaría de Hacienda indica que “gracias a las reformas laborales recientes, se mantuvo un importante dinamismo, toda vez que, según cifras del IMSS, en el primer trimestre del año se generaron 423 mil plazas de trabajo, cifra histórica desde 1982”.
Sin embargo, “con la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo (ENOE), en lo que va del sexenio la población ocupada aumentó en 5.5 millones de personas, mientras que la formalidad a través del IMSS, lo hizo en solo 1.7 millones”. Es decir, lo que está creciendo es la informalidad.
Aunque los resultados a nivel del déficit agregado y la deuda pública parecen alineados al presupuesto del año, “hay signos de preocupación”.
Es decir, “la evolución de los ingresos públicos en el primer trimestre de 2023 refleja ya el optimismo con el que se estimó el paquete económico para el año y se advierten signos de insostenibilidad de las fuentes de recursos fiscales”.
De hecho, “los resultados indican que en el primer trimestre del año los ingresos totales del sector público sumaron 1,743 miles de millones de pesos (mmp), cifra 117 mmp inferior a lo programado, lo que significó una caída de 5.5% en términos reales respecto al mismo lapso del año pasado”.
“Un análisis de información disponible en el margen presagia problemas de insostenibilidad y riesgos de suficiencia en las finanzas públicas para lo que resta de la administración”, alertó el CEESP.
Además, “la debilidad de ingresos ya comienza a reflejarse en la evolución del gasto público, de manera que el déficit no se altera sustancialmente. Durante los primeros tres meses del año el sector público erogó un total de 1,868 mmp, cifra inferior en 3.7% real a la del mismo lapso del año pasado”.
“El gasto programable se redujo en 10.9% anual, con caídas en 16 de los 26 ramos administrativos que lo integran. Sobresalen las disminuciones de 74.8% en energía, 43.1% en trabajo y previsión social, 40.0% en turismo, 19.1% en salud, 9.8% en bienestar y 7.2% en educación, entre otras”, agregó.
El recorte ya ha afectado incluso a los programas prioritarios del presidente López Obrador dado que “el programa de fertilizantes ejerció un gasto inferior en casi 5 mmp; el programa de producción para el bienestar 1.1 mmp menos; el programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores fue 1.6 mmp menor; y el subejercicio más significativo fue el gasto en el tren maya, que resultó 38.5 mmp menor al programa”.
Finalmente, el CEESP insistió en que “los resultados de las finanzas públicas del primer trimestre son fuente de preocupación, especialmente en cuanto a la sostenibilidad de las fuentes de recursos, tanto recurrentes
como no recurrentes. Ello representa riesgos importantes para sostener el gasto gubernamental o la estabilidad de la deuda pública, sobre todo hacia el proceso electoral que se avecina”.