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Al cierre de 2022, la emisión de deuda corporativa en la Región mostró un desplome desde los 60,000 millones de dólares (mdd) registrados el año previo a 14,000 mdd, esto es, una caída de 76.6%. En México afectaron el ambiente las iniciativas de ley eléctrica como parte de las políticas del Gobierno, desatando un alto nivel de incertidumbre empresarial
La agencia de riesgos crediticios Fitch Ratings dijo el miércoles que la Perspectiva de deuda corporativa de América Latina está “deteriorándose” ante elevadas tasas de interés que escalarán a máximos, un crecimiento del PIB decreciente, más presiones inflacionarias y condiciones externas de mayor debilidad, lo que impactarán el flujo de efectivo y la operatividad de las compañías
“Las condiciones económicas se están deteriorando en general en América Latina.
“Los márgenes y el flujo libre de efectivo (FCF, por sus siglas en inglés) se verán reducidos por la caída de los precios de las materias primas, tasas de interés más altas y costos derivados de la inflación” dijo Joe Bormann, jefe regional del grupo de empresas latinoamericanas bajo el monitoreo de la agencia.
Bormann anticipa que las acciones de calificación en 2023 “tendrán un efecto negativo sesgado” y que los valores (estatus) predeterminados serán limitados.
El ejecutivo también adelanta que no se prevé que las emisiones de deuda corporativa en los mercados financieros sean una fuente sólida de financiamiento para 2023, mientras los inversionistas o tenedores de bonos “esperan que las tasas de interés alcancen su punto máximo”.
Impactos México
El reporte especial de Fitch “Vientos en contra desde todas las direcciones” señala que los mercados de deuda están ya cerrados en 2022 por los vencimientos que tuvieron que enfrentar antes de concluir el periodo, en tanto que los administradores de activos enfrentaron fuertes reembolsos.
Asegura que las excepciones fueron el bono local de Brasil, con una calificación de BB- y Perspectiva Estable y, “en menor medida, el mercado de bonos de México”, con una calificación de BBB-, con Perspectiva Estable.
Con todo, el apartado de México, al que llama “vientos en contra del Norte”, Fitch menciona en primer orden los impactos de una recesión de la economía de Estados Unidos, el principal socio comercial del país, y donde las exportaciones hacia la primera economía mundial representan el 30% de su PIB.
Junto con una inflación galopante y altas tasas de interés, la agencia estima que estos deterioros “pasen factura” al crecimiento económico, que desacelerará desde el 2.5% estimado para 2022, a un 1.4% en 2023.
Las políticas del gobierno mexicano, en particular las iniciativas de ley eléctrica desincentivaron la inversión privada y extranjera, en medio de un alto nivel de incertidumbre empresarial, resalta Fitch en segundo orden.
“Se proyecta que Estados Unidos entrará en una recesión leve en 2023, mientras que Europa probablemente estará atascado en un centro más nítido.
“Se prevé que la economía china crezca un 4.5% en 2023, lo que se mantiene muy por debajo del crecimiento del PIB del 6,6 % promediado en 2015-2019”.
Más nubarrones
Al cierre de 2022, la emisión de deuda corporativa en la Región mostró un desplome desde los 60,000 millones de dólares (mdd) registrados el año previo a 14,000 mdd, esto es, una caída de 76.6%, en términos nominales.
Con tasas de interés elevadas y continuas presiones inflacionarias frenarán los ingresos empresariales y el consumo en América Latina.
En México, la inflación alcanzó niveles récord de 8.7% en septiembre donde ciertos precios de alimentos y bebidas, así como de salud y cuidado personal rebasaron la tasa promedio.
“Para hacer frente a esta presión, las empresas de productos de consumo están subiendo los precios, pero se arriesgan a reducir los volúmenes”, resaltó.
En el caso de las empresas manufactureras exportadoras están negociando costos de materias primas y energía indexados a precios, según sea el caso, indicó Fitch.
Pese a los vientos en contra, Bormann señala que las empresas mexicanas están posicionadas para resistir la presión del flujo de caja.
Para 2023, la deuda neta mediana ajustada de las empresas mexicanas monitoreadas por la calificadora se estima de 1.9 veces, con un ligero aumento respecto a la medida de 1.8 veces de 2022; la métrica es sobre la razón EBITDAR, que son los flujos de operación (EBITDA, por sus siglas en inglés) más los costos de reestructuración y rentabilidad.
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