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En su más reciente reporte sobre el rumbo de la economía mexicana, la firma de inversión europea UBS explicó que ante la guerra en Ucrania, las medidas para contener el coronavirus en China y la incertidumbre política en América Latina, México es un auténtico remanso de estabilidad en tiempos turbulentos.
México, dijo UBS, destaca por la prudencia en la gestión macroeconómica, la solidez de sus finanzas exteriores, sus reservas internacionales, la credibilidad de su banco central y la buena capitalización de su sistema bancario.
UBS precisó, sin embargo, que el reto principal para México es su bajo crecimiento desde el punto de vista comparativo.
Teniendo en cuenta los factores positivos externos, UBS considera que los resultados económicos del país deberían ser mucho mejores, pero el apoyo fiscal limitado y la debilidad en la inversión privada han lastrado la recuperación económica después de la pandemia.
UBS señala que la inversión fija ha subido desde la crisis de la pandemia, pero sigue muy por debajo de los niveles de 2018. Si bien el gasto en maquinaria y equipo ha crecido, las tendencias en la construcción, que dependen de las perspectivas de crecimiento, siguen siendo decepcionantes.
La estabilidad macroeconómica y la política monetaria de Banxico por mantener el diferencial de tasas han favorecido al peso mexicano. Para UBS, la moneda seguirá comportándose bien, pero se prevé una depreciación moderada para el peso, ante el incremento de tasas de la Fed y la revisión a la baja de las previsiones para el crecimiento mundial.
UBS explica que la próxima desaceleración de Estados Unidos será perjudicial para México. Las exportaciones del país representan 38% del PIB, y 80% de ellas van a Estados Unidos. Por ese motivo, UBS señala que a medida que la economía de EE.UU. pierda impulso, cabe esperar que México sufra la misma suerte.
Por otra parte, las afectaciones en el sector de la construcción de Estados Unidos podrían afectar a las remesas enviadas a México, puesto que muchas obras emplean a trabajadores de origen mexicano. Aunado a una inflación superior al promedio, la desaceleración de las remesas podría frenar el consumo de los hogares en México. En este contexto, UBS prevé que la economía mexicana apenas crecerá un 0.5% en 2023.
Si bien parece que la inflación general tocó techo en septiembre, la inflación subyacente ha continuado al alza en los últimos 23 meses. Por ello, UBS considera que el ritmo de desinflación aún está en el aire y la convergencia con el objetivo de Banxico se prevé hasta el tercer trimestre de 2024.
UBS mantiene una opinión positiva sobre la deuda corporativa mexicana. Se prevé que la renta variable mexicana rendirá al mismo nivel que la del resto de los mercados emergentes.
UBS concluye que es probable que México acabe sufriendo una ralentización económica en 2023. A pesar de que las perspectivas son más complicadas, UBS prevé que las autoridades seguirán dando prioridad a la estabilidad macroeconómica. El Gobierno deberá fomentar la inversión privada de forma más enérgica y fortalecer los motores de crecimiento internos. De acuerdo con UBS, hasta que no lleguen los cambios, la incertidumbre por la política regulatoria mantendrá al margen a muchos inversores, lo que supone un lastre para el crecimiento económico estructural.