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Ex gobernadora de Tlaxcala, dentro de una larga carrera política, advierte que a la gente no le gusta cómo hablan los políticos, que dejaron de ser empáticos con la Sociedad
En una entrevista con el diario español El País la actual senadora por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Beatriz Paredes, indica que entre los mayores desafíos que va a dejar el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador es salir de déficits y pérdidas, entre ellas, las económicas.
A continuación, algunas de las respuestas que dio al diario español.
¿Cuáles cree que van a ser los mayores desafíos que va a dejar este sexenio?
Estamos en una pendiente. El primer desafío es cómo logramos salirnos de la pendiente. Creo que vamos a tener problemas económicos serios. Particularmente si no se resuelve de forma razonable el diferendo en la interpretación del TMEC.
En algunos capítulos podemos tener un descalabro económico fuerte como país, que va a repercutir desde luego en la planta productiva y en la generación de empleos.
En educación, en dos años y medio no se ha aplicado una evaluación del aprendizaje de los jóvenes y niños. Hay una reforma en los programas de estudio que muy pocos expertos conocen, sólo los que son afines a esta visión ideológica. Vamos a tener un rompecabezas muy complicado y lo dramático es que los niños son indefensos, simplemente padecen las circunstancias de políticas erráticas.
En la salud vamos a tener que reconstruir el sistema de salud con los médicos, no en contra de los médicos; con las enfermeras, no en contra de las enfermeras. Y hay que ver si el presupuesto va a alcanzar. Vamos a vivir una etapa de recomposición, en la que hay que rescatar las cosas positivas [del actual Gobierno].
¿Cómo cuáles?
Hay que reconocer que la visión épica de la política en cuanto a que no puedes dejar de atender prioritariamente a las personas de más escasos recursos es una visión correcta, o en cuanto a lograr que haya una estrategia eficaz que combata la corrupción. Es algo ineludible, hechos de corrupción inadmisibles que han sumido al país en la desesperanza.
Pero también, lamentablemente, hemos visto que se ha utilizado el tema políticamente, que se ha concretado muy poco jurídicamente y que se han cometido algunas arbitrariedades con el pretexto de la corrupción.
Durante este sexenio hemos visto al PRI manchado por varios escándalos de corrupción, que es algo que también aleja a los votantes. ¿Cómo se va a las urnas con ese peso encima?
La corrupción es inaceptable. Algunos especialistas han dicho que es sistémica. No solo tiene que ver con un partido. Cuando hablan del PRI del pasado, pues en el PRI del pasado era militante Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, muchísimos de los cuadros que ahora están en Morena.
Entonces no sé si ellos también participaron en estas cosas terribles del PRI del pasado. Pero a mí no me interesa defender al PRI. A mí me interesa entender lo que le está pasando a México. Es increíble el discurso anticorrupción de este Gobierno. Hay casos de corrupción terribles en esta Administración, como el de Segalmex.
Entonces a la sociedad le parece que todos somos una bola de corruptos. Yo no soy corrupta. Y asumo que en mi partido muchos militantes o figuras distinguidas cometieron errores. Que se les juzgue. Si no lo hacemos, el nivel de desencanto y de desapego de los mexicanos hacia la política va a seguir siendo muy alto.
¿Por qué cree que la política se alejó de la población?
Cambiaron las formas de comunicación y los políticos no logramos comunicar. A la gente no le gusta cómo hablamos, prefieren frases cortas. No le gusta la especulación. Hubo una revolución en las maneras de comunicarse que nos tomó por sorpresa. Que no hemos logrado aprender. Creo además que en la etapa de la rigidez neoliberal, muchos de los países atendían las recomendaciones de los órganos externos para fijar su política económica y eran más importantes las directrices de organismos multinacionales sobre la política económica. Eso volvió a los congresos muy ineficientes.
La gente le pedía a su congresista que cambiara el presupuesto y los congresos no tenían margen de maniobra. Fueron subordinados por el modelo financiero internacional. Y creo finalmente que los sistemas envejecen y que es fundamental cambiarlos, entender que hay nuevas expresiones en las sociedades, nuevos deseos.
Si los políticos no tenemos la capacidad de entender eso, y de ser un vínculo con el relevo generacional, la gente se va alejando de nosotros.
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