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México presenta signos de desaceleración económica debido al entorno global, pero es difícil que se registre una crisis como la que viven países de Europa, afirmó el gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens.
“Se requieren eventos tremendamente catastróficos para que tengan un impacto sobre la salud e integridad de nuestro sistema financiero”, aseveró Carstens durante la presentación del reporte sobre el Sistema Financiero a septiembre de 2011.
Dijo que el sistema financiero mexicano está sano y tiene “una gran capacidad de absorción de choques externos” y México cuenta con “una gran fortaleza en sus fundamentos económicos”.
El gobernador del banco central explicó que existen diversas vías que podrían “transmitir el contagio” al sistema financiero mexicano y, por lo tanto, a la economía en general.
El agravamiento de la crisis de la deuda soberana de Europa que provocaría iliquidez e interrupciones en el funcionamiento normal de los mercados financieros internacionales.
Una mayor incertidumbre y que se intensifique la percepción de riesgo que lleve a la reversión abrupta de capitales externos del país y el efecto negativo que tendría una reducción del crecimiento de la economía estadounidense sobre la actividad económica nacional.
El deterioro significativo que ha mostrado el entorno internacional requiere que las autoridades financieras se mantengan alertas para identificar con oportunidad los riesgos que pudieran amenazar la estabilidad financiera, señaló Carstens.
Indicó que la estabilidad y la confianza en el ámbito macroeconómico son condiciones necesarias, pero no suficientes para garantizar un crecimiento sostenido y rápido.
Por lo que, reiteró su llamado a realizar las reformas estructurales que se requieren para crecer a mayores tasas y de manera constante, con el propósito de “impulsar la inversión privada y lograr la creación de empleos permanentes y bien remunerados”.
Respecto al sistema financiero, Carstens destacó que en México el intermediario más importante continúa siendo la banca múltiple, aunque en los últimos años los fondos de pensiones y las sociedades de inversión han ganado importancia.
Además subrayó la fortaleza del marco regulatorio, los estrictos procesos de supervisión y los niveles de capital y las provisiones adecuadas, y que la banca mexicana presenta niveles de capitalización superiores a los mínimos exigidos por la regulación.
Consideró que la solvencia de la banca no se basa solamente en los altos índices de capitalización, sino también en el índice de cobertura de las reservas de crédito.
México ha sido de los primeros países en que se han modificado las reglas para la constitución de reservas crediticias en función de las pérdidas esperadas, en lugar de las pérdidas realizadas.
A partir de marzo de 2011, toda la cartera de crédito a los hogares quedó provisionada según esa metodología. Asimismo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) publicó en octubre pasado las reglas para determinar las estimaciones preventivas para riesgos crediticios aplicables a los créditos de las entidades federativas y municipios y próximamente hará lo propio con los créditos a las empresas.
Patricia Pazarán