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Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador ha calificado al litio como un elemento “estratégico” para su gobierno, llegar a la explotación de este mineral y transformarlo en artículos de uso industrial podría tomar hasta siete años. Es decir, los beneficios los vería, en el mejor de los casos, la siguiente administración.
Y no solo tomaría tiempo, también muchos recursos.
Esto, porque un estudio señala que la explotación del mineral podría demandar hasta 840 millones de dólares y hasta 4,200 dólares por cada tonelada extraída.
De acuerdo con el estudio “Litio Verdades Técnicas-Económicas” elaborado por el analista Ramses Pech, los principales depósitos en territorio nacional se encuentran en rocas duras y en sedimentos de arcillas.
“Actualmente en Mexico, no existe una mina que este en fase de explotación, solo hay en piloto (inicio estudios en 2010), y el resto está en exploración-evaluación por ciertas manifestaciones observadas, a las cuales deberán invertir para poder certificar las reservas”, advierte el experto.
La mina más avanzada en cuanto a entrar a una fase de explotación es la de Bacadehuachi, Sonora. Sin embargo, “un estudio de factibilidad en el 2018 dio como resultado que la inversiones requerida seria de alrededor de 800 millones de dólares para la explotación en dos fases (valor al 2021 son 840 millones), y un costo de producción de carbonato de litio alrededor de 4,000 dólares por tonelada (4,200 al 2021)”.
A los precios del mercado actuales “si estuviera operando a nivel industrial, tendrían una venta de 250 a 300 millones de dólares. Pero todo lo anterior, depende del éxito, en el bajar el riesgo geológico; al ir explotando la mina, y conocer al yacimiento”.
Los proyectos actuales de roca dura requieren un promedio de tres a cuatro años de gastos de capital antes de la producción y tendrían una vida útil promedio de la mina de 16 años.
Es decir, por el tipo de yacimientos con los que cuenta el país, México requeriría, por lo menos, entre tres y cinco años para poder ser explotados. Sin embargo, para su procesamiento en productos industriales tomaría de cinco a siete años.
El estudio concluye que el éxito de la nueva empresa que pretende crear el gobierno de López Obrador dependerá de contar con un presupuesto propio e independiente.
“Al ser una empresa estatal para tener acceso a tecnología, deberá licitar en forma pública, pudiendo incrementar los tiempos para poner a explotar la mina·, advierte.
Finalmente, el estudio cuestiona si “vale la pena nacionalizar, a un mineral que hasta el momento no conocemos”.
Por Raúl Castro-Lebrija