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Fue el 2 de diciembre de 2009 cuando Casa Saba – cuyas acciones cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y en el New York Stock Exchange (NYSE) – informó a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), por sus siglas en inglés, que Alberto Isaac Saba Ades y Manuel Saba Ades eran los únicos y legítimos herederos en el fideicomiso de control de las acciones del grupo que incluye los activos del Grupo Xtra y de Casa Saba.
El anuncio pasó desapercibido y se hubiera convertido en una notificación de rutina ante las autoridades de la SEC tras la muerte del fundador del Grupo Xtra, Isaac Saba Raffoul, si antes no se hubiera dado a conocer la controversia entre los tres hermanos herederos de una fortuna valuada en al menos 2,000 millones de dólares.
En entrevista, el primogénito de la familia Saba Ades, Moisés Saba, asegura que sus hermanos menores fraguaron un complot para despojarlo de su herencia y que, en colusión con el abogado Ignacio Morales Lechuga, acordaron la estrategia para negarle la entrega de los activos, propiedades y acciones que le corresponden.
Sin herencia y en el testamento impugnado, Moisés Saba Ades, sus hijos mayores y menos de edad sólo están contemplados con una renta mensual pero sin entrega de activos o propiedades del grupo. La participación del Notario 116 Ignacio Morales Lechuga, dice Moisés Saba Ades, habría sido determinante para despojarlo de la herencia.
Morales Lechuga, quien asegura haber sido amigo de Isaac Saba además de su notario en los trámites de empresas, negocios y procesos personales, se limitó a asegurar que él sólo cumplió con el mandato del testamento y la última voluntad de quien fuera considerado por la revista estadounidense Forbes entre los hombres más ricos de México.
En una entrevista que se realiza vía telefónica porque el empresario Moisés Saba dejó el país desde hace varios años en un auto exilio que ahora ubica su domicilio en Estados Unidos, el primogénito de esta familia asegura que Morales Lechuga enfrenta un grave conflicto de interés porque también habría asesorando a sus hermanos Alberto y Manuel Saba Ades en el juicio de impugnación del testamento de su padre. Además, le reprocha que ante un tribunal de lo Familiar hubiera solicitado a un juez que se asignara un tutor a sus hijos argumentando que él también, como su padre inconforme con el testamento, enfrentaba un conflicto de interés al impugnar el documento que les entregaba a los menores una renta mensual. “Estaba perjudicando a los niños”, dice Morales Lechuga a Fortuna en una breve consulta sobre el caso.