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El presidente Andrés Manuel López Obrador descartó que el conflicto en la empresa Tridomex, de Matamoros, Tamaulipas —y que representó la primera queja contra nuestro país en el marco del Tratado de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)— vaya a tensar las relaciones con Washington.
Como se recordará, la principal central obrera de los Estados Unidos, la Federación Americana del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), junto con otras organizaciones presentaron la primera solicitud de un caso de respuesta rápida laboral contra una empresa de autopartes instalada en Matamoros, en el marco del T-MEC.
Según la AFL-CIO, la compañía Tridomex —con matriz en Filadelfia— acosó y despidió a 600 trabajadores por su intención de organizarse en un sindicato independiente —el Sindicato Nacional Independiente de Trabajadores de Industrias y Servicios (SNITIS)— en lugar de un sindicato controlado por la propia empresa.
Como parte de este acoso, argumenta la AFL-CIO y el resto de grupos acusadores, el año pasado se arrestó y encarceló a Susana Prieto Terrazas, líder del propio SNITIS.
Cuestionado sobre el tema en la conferencia de prensa mañanera, el presidente López Obrador rechazó que el caso pudiera tensar las relaciones con Estados Unidos.
Esto, cabe recordar, en el marco de la nota diplomática enviada a la embajada de Estados Unidos por el financiamiento a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
“Y tienen la razón, porque ya nosotros lo habíamos constatado y ya se había denunciado. La Secretaría del Trabajo ya había actuado descalificando esa elección, que fue violatoria a a legislación laboral”, agrego.
El mandatario explicó que ya se dio la instrucción de reponer el proceso de elección “y que aceptamos la recomendación que hace el gobierno de Estados Unidos, que tienen razón, y que no deben haber fraudes en la elección de dirigentes ni en las asambleas para decidir sobre la titularidad de los contratos colectivos”.
Por Raúl Castro-Lebrija