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México dejó de ser autosuficiente en materia energética a partir de 2015, y, aunque las energías renovables pueden llegar a representar un componente, lo que ha venido ocurriendo en el pasado reciente, su embrionaria producción y uso, hoy de alto costo, no pueden compensar en proporción el déficit.
Los últimos datos disponibles del Sistema de Información Energética de la Secretaría de Energía (Sener) arrojan que el consumo nacional de energía (CNE) en 2019 fue de 8,796 petajoules (PJ), un 4.5% inferior al promedio observado entre el 2016 y 2018, cuando llegó a 9,209 PJ.
Las acciones incorporadas para tratar de controlar la Pandemia por Covid-19, además, habrían tenido un efecto negativo adicional en el CNE en 2020, situándolo por debajo del consumo de 2019.
En el escrito “Hacia la autosuficiencia energética: un camino con grandes retos”, la consultoría Kpmg indica que, con base en supuestos de medición internacional, el déficit objetivo a cubrir sería de alrededor de 2,621 petajoules.
“Para llegar a esa meta es necesario recuperar la producción nacional de energía a un nivel similar al promedio de 2013 y 2014, es decir, 8,954 PJ”, expone Rubén Cruz, socio líder de energía y recursos naturales de la consultoría de ranking mundial.
Kpmg indica que suponiendo que el consumo nacional de energía no rebase los 8,954 petajoules de aquí al 2024, se limitaría el crecimiento de este consumo a 1.8% desde el 2019 y hasta el 2024.
Para medir el grado en que un país puede cubrir su consumo de energía con su producción nacional, internacionalmente se utiliza el índice de independencia energética (IIE), que resulta de dividir el consumo nacional de energía entre la producción nacional de energía de fuentes primarias (PNE), donde cuentan el petróleo, el gas, el carbón y la hidroenergía, entre los más relevantes.
Si el resultado es mayor a uno, el país se considera independiente o “autosuficiente” en materia de energía; la meta de la presente administración federal es alcanzar un índice de 1.0 para el año 2024.
Entre 2013 y 2014, la matriz promedio de producción primaria de energía contra el resultado de 2019 arroja que la pérdida se generó fundamentalmente en petróleo, gas y condensados (hidrocarburos), con –2,573 PJ, lo que explica 98.2% del déficit total.
Energías renovables ¿al alza?
Kpmg explica en su ejercicio que tomando en cuenta la disminución bruta, de -2,708 petajoules, ésta se ha visto compensada de forma marginal con la generación de energías renovables, con un crecimiento de energía eólica, con +41 PJ; energía solar, que avanzó en +32 PJ, la nucleoenergía, con +13 PJ y el biogás, con un tímido progreso de +1 PJ.
Este conjunto de energías renovables apoyó a disminuir en 3.3% el déficit; sin embargo, no es suficiente por mucho.
“Es tan grande la diferencia en órdenes de magnitud entre las pérdidas en la producción de energía a través de hidrocarburos contra las ganancias marginales a través de energías limpias, que, estas últimas, en el corto y mediano plazo, no pueden ser vistas como una fuente de producción de energía que sustituya a los hidrocarburos”, consigna Kpmg.
Traducido en volumen, para alcanzar la autosuficiencia sería necesario regresar a una producción sostenida de 2.4 millones de barriles diarios (mmbd) de petróleo crudo, lo que implica restituir una producción de 700 mil barriles diarios hasta alcanzar 1 millón de barriles diarios en tres años.
La producción nacional actualmente es de 1.7 mmbd.
Respecto al gas natural, Kpmg indica que sería necesario regresar a un nivel de producción sostenida de 6,300 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd), en el mismo periodo, partiendo de que la producción actual es de 2,700 mmpcd.
“…el reto es mayúsculo y muy difícil de alcanzar en el periodo señalado de 2020 a 2024; no obstante, si la meta a largo plazo (sigue) siendo alcanzar la autosuficiencia energética, no queda duda de que se requeriría un esfuerzo sostenido en donde participen tanto el sector público como el privado”, sentencia Kpmg.
Especialmente porque las inversiones necesarias para un proyecto de estas dimensiones, agrega, “serían cuantiosas”.