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Las últimas cifras del mercado laboral arrojan una realidad que no ha sido tomada en cuenta con cuidado: cerca del 41% de la población ocupada en México no tiene el ingreso suficiente para solventar el costo de la canasta alimentaria, ni en el ámbito urbano, ni en el rural.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) dijo que durante enero, el valor de la canasta alimentaria en el entorno urbano fue de 1,679.69 mensuales, mientras que la del entorno rural fue de 1,201.87 pesos.
Aunque estos parámetros podrían ser solventados por el incremento al salario mínimo que trepó un 15% desde el 1 de enero pasado, el 40.7% de la población ocupada no tiene un ingreso económico que le permita superar los umbrales citados, señalaron expertos.
Los indicadores adelantados arrojan que el arranque de año en México no ha sido bueno: el indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) arrojó que la actividad económica se contrajo en 4.4% durante enero, un retroceso respecto a noviembre y diciembre de 2020.
En febrero, además, se resentirá la crisis de abastecimiento de gas natural de Texas a México ante nevadas extraordinarias. Esto ha repercutido también en el mercado residencial de gas Lp, afectando industrias y comercios.
La recesión económica en materia social, medido por el mercado laboral, apunta a que México padece de un incremento de la pobreza laboral a niveles de 2017.
Durante enero de 2021, la Población Económicamente Activa (PEA), medida que incluye a los ocupados y a los desempleados del país, se ubicó en 54.5 millones de personas, lo que implica que, de los 12 millones de personas que salieron de la PEA en abril de 2020, se han reincorporado alrededor de 9 millones. Los resultados a toda luz arrojan que persiste una situación de debilidad aguda en el mercado laboral.
Las estadísticas del Coneval indican que la mayor afectación se dio en el entorno urbano, por lo que las ciudades fueron las que recibieron el mayor impacto social de la recesión.
“Parte de esto último es explicado por el hecho de que en los estados más pobres del país, los niveles de pobreza laboral e informalidad llegaron a un extremo en donde es complicado que exista un mayor deterioro”, apunta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
El IDIC, vinculado con los industriales del mayor organismo confederado en México, la Canacintra, agrega que son los poblados de los entornos rurales los que “particularmente han recibido la mayor parte de los recursos del gasto social asistencial y de inversión en infraestructura”.
Un reporte de Grupo Financiero Monex de la semana pasada señala que, desde una perspectiva regional, hay un problema focalizado en materia de empleo en el arranque del nuevo año.
Así, mientras que las regiones Norte-Occidente crearon 41,000 y 43,000 mil nuevos oficios, respectivamente, de acuerdo con sus cálculos, el Centro y el Sur de México, con 26,000 y 9,000 empleos menos para cada caso, mostraron el segundo mes de pérdidas.
“El tamaño de los mercados laborales de las primeras dos regiones se encuentra solo 1.4% debajo de su tamaño (respecto a) enero de 2020, pero en el caso de la región Centro la variación anual es de -4.7% y en el de la Sur es de -6.9%”, advirtió.
Es decir, aún con un gasto social asistencial dirigido, los estados más pobres son los que más han resentido la falta de estímulos que permitan encarar el desempleo y la mayor recesión económica desde 1932.