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La discusión sobre un alza abrupta del salario mínimo para el próximo año, de 15% contra una inflación esperada de 3.6%, obliga a revisar las condiciones que prevalecen en el mercado laboral mexicano, donde una buena parte de la población en edad de trabajar se encuentra involuntariamente inactiva por falta de preparación, entre otros negativos.
El 3 Boletín de Movilidad Social en el mercado de trabajo elaborado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (Ceey) dado a conocer el jueves indica que las causas que más pesan sobre el entorno son, además de la falta de educación y capacitación, los acuerdos laborales y familiares desfavorables para las mujeres.
Sobresalen además la discriminación por género, edad, raza o aspecto físico; la discapacidad, o los problemas crónicos de salud, y vivir en zonas de alta pobreza o marginación.
El Ceey explica que esta realidad representa barreras no solo para la población inactiva, sino que “se trata de factores de riesgo también para quienes logran insertarse y acceder a un empleo”.
“Las políticas y leyes laborales deben combatir la discriminación, ampliar la seguridad social y fortalecer la capacitación laboral para desarrollar competencias, habilidades y destrezas de la población afectada”, expone el informe, citando fuentes, referencias y metodologías. El Ceey asegura que la exigencia legislativa y de políticas responde tanto a objetivos de equidad social como de eficiencia.
Distorsiones en plena epidemia
El miércoles pasado, sin el respaldo patronal, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasemi) anunció un incremento de 15% al salario mínimo para 2021, lo que fue reprobado por expertos y cámaras empresariales porque metería bajo presión la estabilidad lograda en materia precios pese a la peor crisis sanitaria y económica en décadas.
“Se arroja a millones de microempresarios toda la carga del incremento, lo que, combinado con la aceleración de los contagios por la pandemia Covid-19 y el consecuente cierre de operaciones de más empresas, es inminente la quiebra de miles de negocios y la pérdida de todavía más fuentes de trabajo”, dijo la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que aglutina a organismos de diversos sectores económicos, indicó que el salario mínimo para 2021 debería rondar el 4% en la frontera norte y el resto del País, más 7.20 pesos por otros conceptos (MIR).
Indicadores diferentes a los del Ceey indican que la Población No Económicamente Activa (PNEA) mostró un incremento de más de 16.7 millones de personas en el periodo más álgido de la Pandemia Covid-19.
La paralización de la economía llevó a registrar 19.4 millones de personas que estuvieron disponibles para trabajar, pero que no cuentan con las condiciones para reanudar sus actividades, lo que resulta en 14 millones de personas más a lo que se presentó antes de estallar la enfermedad Sars-CoV-2.
Llegan renuncias a 10 millones
Otro de los hallazgos que expone el informe del Ceey son las renuncias en el mercado laboral presentadas en México, que entre 2007 y 2020 sumaron a 10 millones de personas.
En ese periodo, el 77.8 % de ellas se relacionó con cuestiones de género, donde las personas dejaron sus trabajos porque contrajeron matrimonio, se embarazaron, o bien, tuvieron responsabilidades de cuidado en su familia.
“No obstante, una proporción significativa de las renuncias se deben a factores desfavorables que limitan la movilidad social”, sentencia.
A lo largo del tiempo, los porcentajes de renuncias asociados con el género y la prohibición de trabajar han presentado una ligera tendencia a la baja, pero el correspondiente a la baja productividad tuvo una tendencia al alza, indicó el Ceey.