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Luis Robles Miaja se convirtió en el hombre de más peso en el organigrama del BBVA México durante seis años; ingresó en 1993 como director jurídico cuando la institución, hoy el grupo financiero más importante del Sector, recién estrenaba las siglas BBVA tras la compra que el gigante español hizo de Bancomer. Robles presidió el consejo de administración del grupo hasta septiembre de 2018.
Este viernes, la institución donde trabajó por 25 años dio a conocer su deceso, a los 60 años. Abogado de profesión y banquero por decisión y convicción, Luis tenía un profundo conocimiento de la banca y una gran sensibilidad de sus retos y tendencias, y se daba el tiempo para atender a la prensa.
Siendo vicepresidente del consejo lo entrevistamos para una publicación especializada en negocios en la primavera de 2012 (*).
Desde entonces, Luis mencionaba el potencial de lo digital para las tareas de inclusión de la banca, un trabajo que no concluye en México, pero que él, entusiasta por naturaleza, aprovechó para abrir la conversación en diferentes foros y dar forma a la promoción del esquema de los corresponsales bancarios, uno de los instrumentos más eficaces para cumplir el objetivo.
“Lamento profundamente la partida de mi entrañable amigo Luis Robles Miaja, hombre bueno, congruente y generoso”, escribió en un tuit el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar; otros personajes de la vida pública, como el canciller Marcelo Ebrard, hicieron lo propio.
Robles Miaja nació en la Ciudad de México el 28 de abril de 1960 y cursó estudios profesionales en la Escuela Libre de Derecho, de donde obtuvo el grado de abogado en 1984. Inició su carrera como Socio Director de la firma Robles y Zaldívar, de 1984 a 1993.
En BBVA México, después de su primer puesto como director general jurídico, mantuvo una larga carrera: en 1998 se convirtió en director general jurídico del Banco Bilbao Vizcaya (BBVA) para América Latina y en el año 2000 desempeñó la misma labor en todo el continente americano.
En 2007 fue nombrado consejero y vicepresidente del Consejo de Administración de BBVA Bancomer, función que desempeñó hasta mediados de 2012; a partir de octubre de ese año y hasta septiembre de 2018, alcanzó la máxima jerarquía en la institución, como presidente del consejo de administración del grupo financiero más grande de la industria.
En virtud de sus preocupaciones y ocupaciones, Luis fue coordinador del Comité Jurídico de la entonces Asociación de Bancos de México, en 1998, y presidió la Comisión de Normatividad de la misma organización entre el 2003 y el 2005.
De 2009 a abril del 2013 fue vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) y desempeñó la encomienda de dirigir los asuntos más relevantes de la industria como presidente de la Asociación de Bancos de México, ABM, de 2014 a 2017.
Robles Miaja optó por la jubilación voluntaria en agosto de 2018, tras 25 años de servicio en BBVA en México. Desde hace un par de años se desempeñaba como consejero independiente en varias empresas.
(*) parte de la entrevista realizada en abril de 2012
P= ¿Cómo se moverán los segmentos del banco en los próximos años?
R= Soy un gran optimista. Veo a México con una oportunidad brutal porque creo que ha hecho bien la tarea en los cimientos. Por lo tanto, lo que tiene que hacer es aprovechar estas condiciones para convertirse en una de las siete economías más grandes del mundo, muy rápidamente. Y tiene que ser ahora. No puede perder la oportunidad.
Tenemos una ventaja ahorita que no se nos puede ir de las manos, que es el Bono Demográfico. Consecuentemente, si nos tardamos mucho y seguimos debatiendo los grandes problemas sobreadiagnósticados, perderemos tiempo.
En primer lugar, la cartera de crédito va a crecer en todos los segmentos: en el segmento hipotecario simplemente por crecimiento poblacional y por la necesidad de casas, y simplemente por la renovación de vivienda.
En el tema de cartera comercial –empresarial y gobierno- por el mismo
crecimiento económico, y el empresarial tanto por el crecimiento económico y como por las consecuentes oportunidades de inversión, sobre todo en la parte de infraestructura.