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La reconcentración de ingresos en el segmento móvil ha sido persistente y alarmante a favor de Telcel desde el cuarto trimestre de 2018 (4T18), a pesar de la revisión y ajuste en las medidas de preponderancia, los efectos sobre la competencia efectiva han sido nulos. En 2014, año de la Declaratoria de Preponderancia por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Telcel acaparaba el 73.0 por ciento de los ingresos del mercado móvil hoy, seis años después, contabiliza el 72.0 por ciento, es decir, una mínima reducción de 1 punto porcentual.
Aunque si ha habido una disminución en términos de líneas, donde la participación de mercado de Telcel pasó de 70.6 por ciento a 63.3 por ciento en el mismo periodo, esta caída no ha generado una afectación en los ingresos del preponderante.
Al contrario, podríamos decir que después de seis años de una regulación asimétrica claramente fallida, el Agente Económico Preponderante, sigue fortaleciendo su posición en el segmento, al aprovechar su posición dominante y lograr depurar su base de clientes manteniendo solo a aquellos que generan un mayor ingreso promedio.
La explicación a la reconcentración de mercado en términos de ingreso en favor del preponderante radica justamente en la evolución de su ARPU (por sus siglas en inglés), que significa el ingreso o gasto promedio por usuario. Durante el 2T20, Telcel ha logrado registrar el ARPU más alto del mercado, pues recibe un ingreso promedio por cliente de 146 pesos al mes, superando los 136 pesos de AT&T, algo que nunca había sucedido.
Otro claro ejemplo del fortalecimiento de Telcel durante los últimos años son los reducidos incentivos para invertir, pues América Móvil pasó de aportar el 48 por ciento de las inversiones totales en el Sector Telecomunicaciones en 2015, a únicamente el 24 por ciento en el 2019.
En resumen, Telcel ha generado una gran ventaja respecto a sus competidores pues: al 2T20 contabilizó el 72 por ciento de los ingresos del mercado móvil manteniendo una ventaja abismal respecto al resto de los competidores, durante los últimos años ha decantado su base de clientes al desconectar el mayor número de usuarios de prepago o consumo cero y ganar clientes que ejercen un mayor gasto promedio mensual (ARPU), ha disminuido el flujo de inversiones ante una menor necesidad de infraestructura respecto a sus competidores quienes aún requieren de inversión para mejorar su posición, aunque esto resulta complicado cuando los ingresos fluyen hacia el preponderante.
Si bien, los ingresos no son una variable considerada para la medición de la preponderancia, su reconcentración así como el aumento de su ARPU deberían de ser banderas de alarma para el IFT de que la política regulatoria actual es fallida y sobre todo en vísperas de la 2ª Resolución Bienal Preponderancia.
*Gonzalo Rojon, The Competitive Intelligence Unit