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El crédito bancario desaceleró en mayo. Si bien creció a una tasa de 5.3% en términos reales, se colocó por debajo de lo estimado por analistas y perdió fuerza respecto a la tasa de crecimiento de abril, de 8.8%.
Expertos anticipan que el crédito bancario sostendrá su paso a las necesidades de liquidez del Sector Privado, puesto que el sistema financiero se mantiene sólido en sus fundamentales, apoyado por las medidas que han incorporado reguladores e instituciones en la etapa de contingencia causada por el Covid-19.
Sin embargo, comienza a perder ritmo, mucho antes, inclusive, de lo previsto: en mayo, nueve de los 13 subsectores se ubicaron en terreno positivo, pero todos, sin excepción, moderaron su tasa de crecimiento. El crédito empresarial avanzó 8.5%, lejano a los dos dígitos de abril, cuando se repuntó 13.5%, mientras que el crédito a la vivienda creció 6.2%, por debajo de la tasa de 7.3% de abril.
Por categorías, las mayores caídas frente a abril fueron los servicios de alojamiento y restaurantes (+26.0% contra +38.2% de abril), información en medios masivos (+37.6%; contra +47.0% de abril) y actividades primarias (+10.3%; contra +18.9% de abril),
El crédito al consumo, no obstante, fue el que más ha venido reflejando la crisis derivada del confinamiento, lo que se hizo más evidente en mayo, con una caída de -4.2%, su nivel más bajo desde agosto de 2010. En enero había perdido el paso y en abril exhibió ya una tasa negativa de -1.9%. Las categorías más golpeadas del segmento crédito al consumo fueron tarjetas de crédito, con un declive de -8.2%, y créditos personales, con -7.7%; lo que se mantuvieron a flote fueron la compra de bienes no duraderos, con +1.4% y el rubro de “otros” +5.7 por ciento.
Por categorías dentro del segmento de crédito a la vivienda, el rubro de interés social amplío su caída, al pasar de -7.9% en abril a -9.8% en mayo, mientras que el sector residencial desaceleró a +7.6%, desde una tasa de +8.5% de abril.
Sin lugar a duda, los estragos provocados por la Pandemia seguirán impactando el crédito al Sector Privado, quizá de una forma más profunda en los siguientes meses, aunque con diferencias notables entre categorías y sectores.
Expertos anticipan que, en particular, el crédito al consumo será probablemente el que resulte más impactado por el deterioro en las condiciones del empleo y del mercado de trabajo, así como por las nuevas decisiones de gasto de las familias.
Los préstamos empresariales seguirán perdiendo ritmo, pero no cesarán las solicitudes de liquidez. Y la misma suerte puede tener el segmento de la vivienda.
La caída del PIB de México para este año, prevista entre -6.5% a -10%, no es buen augurio para el crédito.