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Expertos advirtieron que la rápida transmisión del Covid-19 alrededor del mundo -que sumó hasta el mediodía de hoy un millón 536 mil 979 personas contagiadas; con EU, el vecino del Norte, a la cabeza- debe desterrar la inacción de gobierno y Sociedad, ante un entorno económico y de salud sin precedentes.
Una vez minimizada la pérdida de vidas, los focos de atención deben dirigirse a diseñar y echar a andar acciones y medidas que frenen la desaparición de empleos, la caída de las remuneraciones, la quiebra de empresas y un mayor empobrecimiento en México, agregan.
Los datos más recientes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) arrojan que hasta 2018, el 41.9% de la población (52.4 millones de personas) viven en pobreza en México, con un total de 127.8 millones de habitantes. En el país, la Población Económicamente Activa (PEA) sumó a 57 millones 625 mil, 521 personas a febrero pasado, según cifras del INEGI.
Los pronósticos de varias instituciones del Sector Financiero anticipan una contracción de la economía mexicana en 2020 que va de un -1.6% hasta un -8%, con un promedio de -3.4%, a consecuencia de varios factores y al peso del Covid-19, enfermedad reconocida por las autoridades mexicana a partir del 29 de febrero.
La autoridad del trabajo informó en esta semana que desde el 13 de marzo y hasta el 6 de abril, se han perdido 346,878 empleos, el total de los puestos de trabajo generados a lo largo de 2019.
Sin embargo, desde el año pasado, la economía del país refleja falta de oxígeno, al contraerse -0.1%, su primer revés en una década.
Con el promedio de una caída de -3.4% del PIB, el decrecimiento del ingreso per cápita en México sería de 4.5% en este año, de acuerdo con cifras del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Además, se espera una reducción en el total de las remuneraciones a asalariados -formales e informales- equivalente al 1% del PIB, destaca el CEEY.
“Lamentablemente la economía mexicana llegó enferma y sin programas de política pública contingentes (hasta) este momento: sumida en una recesión que no se reconoció a tiempo en 2019”, dice José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
A destiempo
La evidencia de la contracción industrial, particularmente en el Sector de la Construcción, y el bajo ritmo de las inversiones pública y privada durante 2019, no fue suficiente para actuar a tiempo, subraya de la Cruz.
Datos del INEGI dados a conocer en esta semana confirman que la actividad industrial cayó 1.8% durante 2019, sumando a diciembre pasado 14 retrocesos consecutivos. La Región Metropolitana (Ciudad de México, Estado de México, Veracruz, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Hidalgo y Guerreo), de acuerdo con un clasificado analítico del banco Banorte, tuvo la mayor tasa de expansión en diciembre, al avanzar +1.7%. No obstante, a lo largo de 2019, la actividad en esta región, la más dinámica del país en términos económicos, cayó -3.9%, mencionó Banorte.
La fragilidad de la economía mexicana, acentuada por la pandemia, combina con una caída de alrededor de 60% en el precio internacional de la mezcla mexicana de petróleo y de un 70% en la gasolina. En lo que va del año, el peso mexicano ha tenido una depreciación de cerca del 30% de su valor.
“Esto representa, potencialmente, un efecto por demás negativo sobre las Finanzas Públicas, a lo que se suma una tendencia incierta de la inflación y la baja de la calificación crediticia de la deuda Soberana”, indicó el CEEY.
De la Cruz apunta que las medidas de contención internas por medio de la confinación social y productiva en México “terminó por dislocar el funcionamiento de la economía nacional”.
Medidas urgentes
De acuerdo con el CEEY, en política monetaria, el Banco de México y el gobierno mexicano han anunciado acciones coherentes a nivel macroeconómico.
En política monetaria, el Banco de México redujo 50 puntos base la tasa de referencia y amplió en 2000 millones las subastas de dólares para tratar de estabilizar el mercado cambiario.
Respecto a la política fiscal, la Cámara de Diputados aprobó eliminar el superávit primario de 0.7 % del PIB para ampliar el gasto público, mientras el gobierno federal adelantó partidas de gasto —en especial al Sector Salud— y transferencias de ingreso. También anunció un esquema de un millón de créditos a pequeñas y medianas empresas por un total de 25 mil millones de pesos.
Sin embargo, las medidas fiscales, son todavía limitadas.Si bien el monto de los recursos necesarios para la recuperación de la economía en México es incierto aún, se deber utilizar el margen para el endeudamiento público, no más allá del 2.2% del PIB, indican los expertos.
Para el mercado formal, el CEEY apunta créditos fiscales y del IMSS a las empresas, condicionados a preservación de empleo por al menos 6 meses y subsidios temporales a empresas formales con problemas directamente asociados con la Pandemia, y así evitar el cierre de su actividad. Entre estas medidas, destaca también un subsidio fiscal único, inmediato y de monto fijo, y tregua fiscal por un año a personas físicas.
José Luis de la Cruz, del IDIC, destaca que se requiere una visión de “Estado Desarrollador” de parte del gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, capaza de integrar “todos los esfuerzos nacionales” y enuncia los acuerdos público-privado-laboral-social.
“Las cifras seguirán tornándose adversas. El mejor ejemplo es la recesión en el sector industrial”, subraya el experto.