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El ataque cibernético que sufrió Petróleos Mexicanos (Pemex) el fin de semana pasado mantiene detenidas las operaciones de la principal empresa del Estado mexicano: desde los hospitales hasta las labores de exploración han sido frenadas.
Fuentes internas confirman que la crisis es de tal dimensión que en los hospitales petroleros ya se han cancelado cirugías, consultas médicas, radiografías y estudios, porque todos los expedientes están digitalizados, lo que ya causó alarma en decenas de trabajadores afectados.
Los servidores públicos consultados por Contralínea también aseguran que no sólo está en riesgo el pago de la próxima quincena para los miles de trabajadores, sino también el de prestaciones muy importantes, como el aguinaldo. Lo que podría generar en breve una crisis laboral en Pemex.
Pero no sólo eso, sino que también se han detenido los pagos a proveedores, los cobros a acreedores, e incluso los procesos de contratación de obras y servicios en todas las subsidiarias.
Por ejemplo, en la filial más importante –Pemex Exploración y Producción–las repercusiones del ciberataque son mayores, pues se han cancelado momentáneamente las labores de exploración e incluso de producción de crudo, lo que podría afectar en breve las finanzas de la petrolera.
Aunque el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, aseguró el pasado 14 de noviembre que el hackeo de más de 35 mil equipos de cómputo está totalmente controlado y no hay consecuencias, porque se contuvo prácticamente de inmediato, las fuentes de Pemex señalan que la empresa está lejos de resolver el asunto.
Ello, porque los más de 35 mil equipos infectados afectaron de forma estructural las labores de las subsidiarias, de sus áreas administrativas y de operación, y no se tiene aún un estimado del tiempo que se requerirá para revertir los daños, calcular las pérdidas reales de información y sobre todo volver a echar a andar a la empresa.
Hasta ahora, la postura del gobierno federal ha sido que no se pagará el “rescate” que pidieron los presuntos hackers, por lo que la recuperación de la estabilidad cibernética depende de los propios expertos gubernamentales.
Como Contralínea lo informó, el hackeo ocurrió justo después de que desde la Dirección General de la principal empresa del Estado se ordenó cancelar algunos contratos con la trasnacional Microsoft, que estaba encargada de proporcionar los sistemas de seguridad cibernética.
Por ello, los órganos de seguridad nacional y la Secretaría de la Función Pública investigan a la recién corrida Reyna María Basilio Ortiz (caso que fue reportado hace unos días por el diario La Jornada), pues tenía una posición clave en el área de Procura y por la coincidencia se indaga si tuvo algo que ver en el hackeo que tiene en jaque a la petrolera del Estado.
Además, la empresa ya presentó denuncias ante la Fiscalía General de la República por estos hechos. Según Pemex, ??“el funcionamiento de los sistemas de operación y producción de la empresa no están comprometidos, además de que se encuentran blindados”.
La petrolera ha asegurado que “la red interna de Pemex, al igual que todas las grandes empresas e instituciones gubernamentales y financieras, nacionales e internacionales, recibe con frecuencia amenazas y ataques cibernéticos que al día de hoy no han prosperado”.
Redacción Contralínea