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El impacto directo de la inseguridad en México, se refleja en la capacidad productiva de las empresas; debido a la misma, muchas compañías se ven afectadas desde el ausentismo de sus trabajadores, hasta sus cadenas de suministro, pasando por la extorsión de grupos delictivos. Todo ello sumado tiene efectos directos, no solo en la percepción de inseguridad, sino también sobre la actividad económica de la sociedad en general.
De acuerdo con el reporte mensual del Secretariado Ejecutivo de Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el cual funciona como la fuente oficial que publica mensualmente las cifras de robo a negocios, entre los múltiples delitos que se reportan mes con mes, el que tiene una asociación más directa con las empresas, es el robo a negocios.
Inseguridad en su nivel más alto en 22 años
En los últimos años, el robo a negocios se ha mantenido como una tendencia al alza en México, sin embargo, a partir de diciembre de 2018 y en enero de 2019 alcanzó su nivel más alto desde 1997, año a partir del cual el SESNSP inició el seguimiento de este tipo de delitos.
A finales de 2018 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) y entre los resultados se resalta que de un universo de más 4.5 millones de empresas, al menos un tercio o el 33.7 por ciento fueron víctimas de por lo menos un delito durante 2017.
Los estándares internacionales en materia de seguridad señalan en seguridad patrimonial, que, si se desea bajar el nivel de riesgo en un 70 por ciento de un bien a preservar, se debe invertir hasta un 20 por ciento del valor del bien en medidas preventivas, activas y contingentes, ante un factor de riesgo presente; esto permite correr un riesgo residual, evaluando que aún existe un 30 por ciento de vulnerabilidad en el recurso crítico expuesto.
“La seguridad en el país es uno de los temas más complejos y no existe una solución total, al menos hasta ahora – uno de los principales problemas es que las inversiones que se realizan en este rubro dentro de las empresas continúan siendo muy bajas, de tan sólo el 3.3% promedio para México, cuando los niveles en los países más seguros alcanzan promedios de 20 por ciento.” señalo Rubén Almonte, Director General de Sky Angel.
La seguridad total no existe, sin embargo, al adoptar medidas preventivas que incorporan elementos que constituyen barreras físicas y tecnológicas, que permiten la disminución de que un evento ocurra en este recurso crítico expuesto, se evita el correr un riesgo Bruto.
Más impacto que el delito mismo
Entre las empresas consultadas por el ENVE, se reporta que las consecuencias del delito las han impactado más, que el delito en sí mismo; es decir, los daños materiales se reponen con mayor facilidad, sin embargo, las afectaciones en los planes de inversión y en la operación de los negocios dañan a largo plazo sus ingresos, productividad y capacidad para atraer talento.
De acuerdo con el reporte antes mencionado, entre las consecuencias más relevantes que experimentaron las empresas están la cancelación de planes para el crecimiento del establecimiento (13.1%); el alto en la comercialización o la realización de negocios con otras empresas (6.3%); la reducción de horarios de producción o comercialización de bienes o servicios (18.2%) y la cancelación de rutas de distribución o venta de sus productos (4.5%).
Los costos de la inseguridad
Analizando los daños económicos en las empresas a causa del delito, el reporte agrega que 1 millón 540 mil 694 negocios fueron víctimas de un delito en 2017 y sus costos acumulados presentados como perdidas y medidas de protección contra la delincuencia, representaron un total de 163 mil 439 millones de pesos cifras en pesos de 2017 y que fueron actualizadas a precios de 2019).
“Es importante atender el tema de la seguridad en el país y hacer una reflexión sobre todas las formas en que una empresa se ve afectada por la inseguridad, ya sea de manera directa o reflejada en sus empleados o bienes, ya que esta imagen de un México inseguro en el extranjero, afecta el nivel de inversión y la capacidad de atracción de capital hacia el país. Si las inversiones bajan, seguramente el crecimiento económico se desacelera y la creación de nuevas oportunidades de trabajo y desarrollo, sin duda, se verán afectadas también.”, concluyó Almonte.