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En uno de sus últimos reportes a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC), con fecha de septiembre de 2018, Petróleos Mexicanos tuvo que reconocer ante los inversionistas del mercado internacional de valores que registró una pérdida por 1,719.6 millones de pesos luego de que un flotel que compró a astilleros españoles simplemente se terminó sin que hasta el momento haya sido utilizado. En otras palabras, se ordenó, se pagó y se dejó parado en algún puerto español pagando los servicios y mantenimientos del flotel.
La reducción en los proyectos estratégicos de Pemex vinculados por exploración y producción provocó que el Flotel Cerro de la Pez permaneciera encallado mientras los números de Pemex registraron pérdidas al comparar la inversión realizada y los meses que se ha perdido de la operación planeada para el flotel, que no son otras cosas que unidades habitacionales flotantes. Los auditores de Pemex también estimaron cuánto se habría ahorrado Pemex al comprar un flotel con las mismas características ahora y no desde hace casi diez años.
Ordenar la construcción de un flotel en el gobierno de Felipe Calderón fue, sin duda, una mala decisión porque no se dieron los proyectos de exploración y producción que hicieran necesario mantener en altamar durante meses a casi 700 trabajadores con todos los servicios y concentrados en generar riqueza para la petrolera mexicana. Eso no sucedió.
¿Tendrá avión presidencial el destino del flotel de Pemex?
Desde mayo de 2017, el flotel construido por el astillero Navantia ha estado amarrado en un muelle de una provincia española en espera de consolidar su venta. En un principio, Pemex buscaba venderlo en 130 millones de Euro, el monto pactado durante su entrega. Sin embargo, el precio disminuyó a 80.4 millones de euros porque el mercado de los floteles funciona como el de los commodities, se mueve en función de la oferta y la demanda. La caída en los precios del petróleo, la reducción en las actividades de Pemex y hasta retrasos en su construcción, hicieron que el flotel se convirtiera en un activo incómodo y muy caro de conservar porque ahora se tienen que pagar derechos y mantenimientos en los muelles en donde nos hacen el “favor” de guardarlo mientras Pemex logra venderlo. Aún más, la depreciación de un flotel como estas embarcaciones también puede acelerarse aunque se trata de una embarcación nueva.
Aunque la comparación podría resultar muy controversial, el avión presidencial que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió poner a la venta y sacar de los hangares del gobierno federal en territorio nacional, también podría enfrentar un destino similar. Al menos, los primeros 50 días del gobierno de MORENA así han sido. Ya se acumula, por ejemplo, una factura por mantenimiento, almacenaje y, por supuesto, la depreciación está en marcha. El avión presidencial partió desde el 3 de diciembre al hangar de la firma Boeing en California en donde se encuentra a la venta. En este aeronave se invirtieron 218.7 millones de dólares y sería un verdadero golpe de suerte que pudiera venderse en los próximos meses para evitar que la iniciativa de austeridad se convierta en una factura corriente a cargo del gobierno mexicano.
Claudia Villegas