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Todos los puestos y personas en una organización son importantes para su desarrollo y crecimiento, sin embargo, existen posiciones que resultan ser clave para una empresa por el grado de responsabilidad que se maneja, el tipo de información a la que se tiene acceso o el nivel de impacto de las decisiones que se requieren tomar.
Las personas que ocupan esos lugares generalmente están al frente de un equipo de trabajo, un área e inclusive de la misma empresa, hablamos prácticamente de directores o gerentes, aunque bien podrían sumarse ciertas posiciones que debido a la naturaleza, complejidad y especialización de sus actividades pueden llegar a adquirir mayor relevancia.
Algunos de esos puestos clave en la organización son: director general, director de operaciones, director comercial, director de finanzas, director de recursos humanos, director de sistemas, los gerentes de cada área mencionada, dependiendo la empresa, el director o encargado de la seguridad informática, así como operadores y especialistas en el manejo de alguna maquinaria o uso de software.
Una vez que identificamos y entendemos cuáles son esas posiciones clave, sabremos lo delicado que es cuando una persona decide irse de la empresa, dejando vacante uno de estos puestos. Aunque las salidas no suelen ser de manera inmediata pues generalmente conllevan un proceso de separación y entrega del puesto, lo cierto es que la ausencia de una figura para la gestión, administración, planeación y ejecución de un puesto clave puede llegar a desbalancear a la organización, llevándola a una pérdida de productividad, efectividad e incluso de dirección.
Uno de los principales problemas al perder a una persona que ocupa un puesto clave es poder dar continuidad a los proyectos, mantener la operación y amortiguar la incertidumbre entre el resto del personal. Se dice que nadie es indispensable, no obstante, la veracidad de esa frase se pone a prueba cuando suponemos que nadie puede llenar ese vacío o simplemente retomar el ritmo con el que se trabajaba.
Lo primero que se debe hacer ante una situación de esta índole es voltear a ver al resto de colaboradores, ellos día a día viven la operación, conocen mejor que nadie los procesos y con la asesoría adecuada pueden mantenerse bien al menos hasta encontrar a la persona que ocupará esa vacante, sólo se debe de confiar en sus capacidades.
Un segundo paso es justo comenzar con la búsqueda de la persona que sustituirá a la que dejó la posición clave. Al tratarse de una vacante especial, puede ser que encontrar al candidato ideal resulte un tanto complicado, aún así no será imposible, lo mejor es tener paciencia, quizá dejar esa tarea a profesionales en búsqueda y atracción de talento pues al tratarse de un puesto clave, se debe encontrar a la persona que empate totalmente con el perfil que se solicita.
Una vez que se logró ocupar la vacante clave, lo siguiente es capacitar adecuadamente al empleado, si bien el candidato poseerá competencias, cualidades y experiencia para desarrollar sus labores, la realidad es que es alguien en un ambiente desconocido, con procesos nuevos que aprender y una empresa por conocer, brindar capacitación además de un tiempo propio de la curva de aprendizaje será fundamental para que esa persona se consolide en ese puesto clave.
Finalmente, la comunicación clara, oportuna y veraz ayudará a disminuir situaciones de incertidumbre, favoreciendo el trabajo en conjunto de los colaboradores para que la organización no se vea afectada de manera importante mientras ocurre el proceso de separación, búsqueda e incorporación de la nueva persona en el puesto clave.
Víctor Chávez Montes de Oca*
Socio Director de Grupo Human
TW: @vchavezmon