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Despuésde 16 meses de negociación y casi 25 años de vida, todo apunta a que el Tratadode Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha “desaparecido” para dar pasoa una nueva era en la relación trilateral; su nombre: “Tratado Estados Unidos,México y Canadá” o USMCA por sus siglas en inglés. Fue el pasado domingo 30 deoctubre, un par de horas antes de la fatídica fecha límite, que Canadá acordóintegrarse a la relación México – Estados Unidos con lo que abrió paso a un eventualtratado trilateral, mismo que deberá ser ratificado por los Congresos de lostres países y cuyas provisiones entrarían en vigor a partir del año 2020.
A reserva de esperar el documento oficial que será aprobado por los Congresos, se sabe de varios cambios (¿concesiones de México y Canadá?) a los distintos capítulos que establecía el entonces TLCAN. Si bien era necesaria una actualización al tratado de 1993, el USMCA parece responder más a una situación coyuntural y de carácter geopolítico. En otras palabras, se perdió la oportunidad de avanzar y profundizar en una relación comercial y de hacer más competitivo el mercado de América del Norte frente al resto de los bloques y tratados de libre comercio.
¿Qué cambios vienen? ¿Quiénes ganan y quiénes pierden?
Reglasde origen y la industria automotriz: el 75 por ciento del contenido de autopartesdeben provenir de la zona de Norteamérica y el 40 porciento debe proceder de una región donde el sueldo por hora promedio rebase los16 dólares americanos; se evita la aplicación de tarifas arancelariassiempre y cuando la exportación a Estados Unidos no rebase 2.6 millones deunidades anualmente. Ganan: los trabajadores y sindicatos americanos. Pierden:la industria de autopartes mexicana y canadiense, así como proveedores globales.
Salarios y mercado laboral: el 40 por ciento del contenido de un vehículo debe proceder de una región donde el sueldo por hora promedio rebase los 16 dólares. Ello incluye I&D. También se contempla la participación más activa de los sindicatos que abre la posibilidad a exigir salarios más altos. Gana: (políticamente) el presidente Trump. Pierde: el modelo de crecimiento vía “bajos salarios” de México.
Renegociación y término del tratado.
El USMCA será revisado y renegociado cada 6 años, momento en el cual las partes decidirán si continúan o no con el acuerdo. De continuar, quedaría en vigor otros 16 años más. Ganan: Inversionistas y empresarios mexicanos y canadienses al tener más certidumbre que los 5 años de renegociación o terminación que se estipuló en un principio. Pierden: Los tres países al no lograr eliminar la cláusula “sunset” de manera definitiva y poner en riesgo un tratado en función de un beneficio político.
Resolución de controversias (se mantiene Capítulo 19).
Paraatender los conflictos comerciales o prácticas desleales en la región, lospaíses firmantes del NAFTA tenían tres mecanismos de resolución decontroversias: Capítulo 20 (disputas estado vs estado), Capítulo 19 (establecimientode paneles binacionales independientes) y Capítulo 11 (sector privado-estado).El primero básicamente no sufrió cambio alguno y el último solo tuvo unaadecuación para condicionarlo a aquellos sectores de carácter estratégico. EstadosUnidos había propuesto un cambio en el Capítulo 19 para que los casos, en vezde ser resueltos en un panel binacional independiente, fueran juzgados en lasCortes locales. Ganan: México y Canadá al mantener el Capítulo 19 con lo que segarantiza unanimidad y transparencia en la solución de casos. Pierde: EstadosUnidos quien tenía la presión política de sindicatos y cámaras empresariales paraeliminar el Capítulo 19.
Mecanismo de arbitraje y cuotas.
Canadá logró mantener el sistema de arbitraje original del NAFTA en que le permite al país de la hoja de maple impugnar sus derechos sobre las importaciones canadienses supuestamente objeto de controversia (por ejemplo, dumping). Pero también México logró que se elevarán los límites en los que se aplican los derechos de compra transfronteriza. Ganan: México y Canadá. Pierde: Estados Unidos quien se había pronunciado contra las propuestas.
Derechosy protección a la propiedad intelectual y cultural
Se fortalece la seguridad a la propiedad intelectual. Se extenderán los años de protección de 50 a 70 años a partir de la muerte del creador y se establecieron nuevos mecanismos de protección para sectores estratégicos, como el de cultura y medios en Canadá. Ganan: quienes son dueños de la patente (por ejemplo: farmacéuticas). Pierden: los consumidores que pagarán más por un producto más caro y tendrán que esperar más tiempo para adquirir la opción más barata (ejemplo: medicamentos similares).
Tarifas arancelarias al acero y aluminio. Cabe mencionar que a pesar de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado el beneplácito al nuevo acuerdo, las tarifas impuestas a la importación de acero y aluminio desde Canadá y México no fueron quitadas. De hecho, el gobierno de la Administración Trump ha manifestado que la negociación de este tema se deberá hacer de manera independiente. Gana: Estados Unidos y la industria local acerera. Pierde: Canadá y en menor medida México (es deficitario en estos materiales).
Además de las modificaciones a ciertos capítulos estratégicos, me parece interesante visualizar los potenciales ganadores y perdedores a nivel país con la intención de ir vislumbrando retos hacia el futuro.
México, al igual que Canadá, ha cedido y dado concesiones que en principio pudieran ponerlo en desventaja en comparación con lo firmado en el TLCAN, particularmente en el sector automotriz. Aunque los términos del tratado necesitan la aprobación del congreso, se sabe que la desventaja de los pequeños productores versus los grandes, no quedarán eliminadas con el USMCA.
Mi mayor preocupación, empero, sigue siendo en término de los salarios. Tener mayores remuneraciones es lo mejor que le puede ocurrir a un país donde más del 50 por ciento de su economía es informal; el salario real cae estrepitosamente (12 por ciento tan solo en el periodo 2005-2015) y en donde de cada 10 mexicanos, 4 viven en pobreza. No obstante, queda claro que los bajos salarios han sido el modelo de crecimiento de México al menos desde que se firmó el TLCAN. Si México no encuentra otros elementos de atracción de inversión con nuestros socios comerciales, si la nueva Administración no reconsidera otras estrategias de crecimiento y si no hay un mecanismo de cómo asumir el costo de subir los salarios (o de no hacerlo), temo que el crecimiento económico a mediano y largo plazo se verá comprometido.
El gobierno de Québec tuvo elecciones el 1º de octubre y en un año habrá elecciones federales en Canadá. Quizás esto mucho tuvo que ver con la demora en la respuesta de Canadá de unirse (o no) al acuerdo entre México y Estados Unidos. La gran apuesta, y la gran concesión, fue la apertura del mercado lácteo de Québec.
Con el USMCA, Canadá eliminaría el sistema de precio actual y abriría el mercado a las empresas americanas al establecer un nuevo nivel de cuotas. Se espera que Estados Unidos tenga cerca del 3.4 por ciento del mercado lácteo canadiense. Tampoco pudo revertir el estado actual de las tarifas al acero y aluminio que son importante para su balanza comercial. Ciertamente que Canadá tuvo logros importantes, pero la Administración del Primer Ministro Justin Trudeau podría “tambalearse” conforme se entra al periodo electoral y los partidos de oposición se suman a una causa común: lo que cedió Canadá en el USMCA.
Es evidente que el gran ganador fue Donald Trump (no necesariamente Estados Unidos). Aunque los cambios no sean en el fondo ni tan significativos sí lo son en la forma; políticamente Trump ha sido exitoso en cuanto a vender la idea de un mal acuerdo TLCAN y la bienvenida a un nuevo, mejor y justo tratado comercial USMCA. Conforme las elecciones intermedias se acercan, Trump estará conquistando más capital político que lo pondrá en ventaja en el momento más necesario. Otro triunfo de la Administración Trump ha sido el “bloqueo” comercial hacia China con la famosa cláusula de “non-market economy”. Esta cláusula no hace alusión directa a China, pero prohíbe que los tres países firmantes establezcan tratados bilaterales con países en donde las reglas del juego no sean las de libre mercado. Con esta cláusula, China no podría incursionar al mercado estadounidense y sacar ventaja de la terciarización del comercio vía Canadá o México como se había propuesto.
Será hasta noviembre cuando podamos ser testigos de los términos y las “entrelíneas” del nuevo tratado. Es de anticipar que hubo ganadores y perdedores, y que las consecuencias de lo acordado se traducirán en retos importantes para los tres países. Al final del día, creo yo, el peor escenario hubiera sido no haber acordado¿ ningún acuerdo. Lo dejo a la reflexión.
Haydeé Moreyra*