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Disminuir la brecha salarial de género es uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta México en materia laboral, se trata de un indicador que muestra la diferencia entre el salario que percibe una mujer en comparación con un hombre. Emprender acciones para reducir esta brecha garantiza la igualdad de oportunidades y permite el desarrollo de un mercado de trabajo más competitivo.
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, existen una serie de políticas que las organizaciones pueden poner en práctica para reducir esta brecha, las cuales deben considerar tres aspectos fundamentales: La contratación, promoción y remuneración.
Para que estas políticas tengan éxito, es de suma importancia fomentar la participación de los colaboradores en el desarrollo de iniciativas enfocadas a reducir la brecha salarial.
Las empresas deben monitorear el desempeño de sus colaboradores desde el momento de su contratación, de esta forma es posible elaborar planes de promoción y programas de incentivos justos, considerando el potencial de los profesionistas.
Según datos del INEGI, la brecha salarial aún persiste en nuestro país, la mayor parte de los puestos mejor remunerados en México son ocupados por hombres, del total de profesionistas que perciben más de cinco salarios mínimos mensuales, solo el 30 por ciento son mujeres.
Las entidades que presentan la mayor desigualdad salarial por género son Guerrero, Puebla y Tlaxcala. Por otra parte, el sector de servicios tiene el nivel más bajo de desigualdad salarial, en comparación con otras industrias.
El papel de la mujer en el mercado laboral ha aumentado en los últimos años, sin embargo, uno de los obstáculos a los que se enfrentan es el ocupar puestos de trabajo en la alta dirección que tradicionalmente han sido ocupados por hombres.
A pesar de los avances en materia laboral, las mujeres en México ganan 34 por ciento menos que los hombres, según datos del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, entre los factores que influyen a esta disparidad se encuentran las condiciones de segregación ocupacional a las que se enfrentan las mujeres, lo que impide su acceso a algunos puestos de trabajo.
Una de las estrategias para disminuir la brecha de género se centra en la educación continua, es indispensable que tanto hombres como mujeres cuenten con la formación adecuada que les permita ocupar puestos de mayor responsabilidad dentro de la organización.
Las empresas deben dar prioridad al talento, considerando los conocimientos, habilidades y experiencia que un profesionista posee para ofrecer una remuneración más justa, así como diseñar planes de crecimiento que respondan a sus necesidades.
Reducir la brecha salarial será uno de los principales retos para el país en los próximos años, a través de iniciativas puntuales que busquen la igualdad de oportunidades es posible mejorar las condiciones de trabajo, con ello, se impulsará la competitividad y el desarrollo económico del país.
Érika Chafino
*Directora de Marketing de Grupo Human
TW: @ejchafino