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A diferencia de otras calificadoras, Fitch considera que los fundamentos crediticios del Aeropuerto de Ciudad de México permanecen consistentes con una calificación de grado de inversión.
De ser exitosas, la oferta de recompra y la solicitud de consentimiento propuestas por el fideicomiso del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (Mexcat), atenuarían algunos de los riesgos de corto plazo.
Ello debido a que la recompra resultaría en una reducción inmediata de la deuda por hasta 1.8 mil millones de dólares, señaló la calificadora.
Además, la obtención del consentimiento ayudaría a prevenir que los tenedores de bonos detonaran un evento de incumplimiento y aceleración de los instrumentos, de acuerdo con Fitch Ratings.
Sin embargo, la incertidumbre que existe respecto a ciertos aspectos crediticios clave probablemente evitará que Fitch lleve a cabo una acción de calificación positiva en el corto plazo.
De ahí que, un deterioro de los factores clave de calificación del proyecto podría conducir a una baja de las calificaciones, a pesar de la mejoría en las métricas de endeudamiento.
No obstante, respalda su opinión en la solidez de la demanda del tráfico y los principales destinos mundiales, “incluso con instalaciones aeroportuarias limitadas y deficientes”.
A Fitch le preocupa la falta de una estrategia de negocios viable de mediano a largo plazo para satisfacer las necesidades de transportación aérea de Ciudad de México, que es la principal puerta de entrada al país.
Aumento en la exposición al riesgo
La posibilidad de que estas necesidades se satisfagan mediante un sistema de aeropuertos, en lugar de hacerlo con un solo aeropuerto, sumada a la incertidumbre respecto a la reacción de las aerolíneas ante esta solución potencial, aumenta la exposición de los acreedores al riesgo de volumen.
Un deterioro en el poder de fijación de precios futuro del aeropuerto (riesgo de precio actual: más fuerte) es un resultado probable, considerando que la tarifa de uso de aeropuerto (TUA) está ahora destinada a pagar una obligación financiera en problemas, en lugar de financiar un proyecto de inversión aeroportuaria.
Además, Fitch opina que la calidad del activo (desarrollo y renovación de infraestructura actual: fortaleza media) podría deteriorarse si no se llevan a cabo importantes inversiones de capital en el mediano a largo plazo.
La actualización de los casos base y de calificación de Fitch será un reto hasta que exista claridad mayor acerca de las inversiones que se necesitarán para mantener y mejorar los activos actuales.
Aunque es probable que los bonos recomprados experimenten una reducción en el repago de principal en comparación con su valor par inicial, Fitch no considera que la oferta de recompra y la solicitud de consentimiento propuestas constituyan un canje forzoso de deuda, dado que la incapacidad para completar la recompra no causaría que el riesgo de incumplimiento en el pago de los bonos fuera considerablemente mayor.
Para que una recompra de títulos sea tratada como canje forzoso, a metodología de la agencia requiere tanto que se dé una pérdida de valor como que se evite el incumplimiento en el pago.
En caso de que la transacción propuesta no procediera como está previsto, ello no provocaría la insolvencia del concesionario, indicó la calificadora.
En todo caso, simplemente un acuerdo político prácticamente insostenible en el que las tarifas seguirían siendo recolectadas y las condiciones y capacidad del aeropuerto no se mejorarían, agregó Fitch.