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La economía nacional capotea adversidades y mantiene su ritmo de crecimiento ligeramente superior a 2 por ciento, en gran medida aprovechando el impulso que está mostrando la economía estadunidense.
De acuerdo con los datos publicados este miércoles por el Inegi, el PIB en el primer trimestre del año creció 1.5 por ciento frente la lectura previa; 1.3 por ciento anual, con datos originales.
Con datos desestacionalizados, el PIB creció 1.1 por ciento en el trimestre y 2.3 por ciento anual.
En marzo, los datos del indicador global de la actividad económica (IGAE) señalan que hay una caída de 0.8 por ciento anual y un avance de 0.3 por ciento mensual.
Las cifras desestacionalizadas del IGAE, permiten una comparación más fidedigna, indican que el IGAE tuvo un crecimiento anual de 2.6 por ciento y de 0.3 por ciento en el mes.
Dinamismo del PIB impulsado por los servicios
Visto el PIB por sectores, los servicios siguen a la punta de la expansión con un crecimiento de 1.1 por ciento en el trimestre, 4.6 por ciento anualizado, explicado por el mayor dinamismo del comercio al mayoreo que avanzó 1.4 por ciento y al menudeo con 3.4 por ciento en el trimestre.
Otros subsectores de servicios también contribuyeron de manera sobresaliente, es el caso de transportes, correos y almacenamiento con 1.2 por ciento y servicios financieros y de seguros con 1.1 por ciento en el trimestre.
En cuanto a las actividades primarias, se observó un avance trimestral de 0.9 por ciento, 3.6 por ciento anualizado, que fue inferior al cuarto trimestre de 2017 cuando la lectura fue de 2.8 por ciento trimestral.
En los que respecta al sector secundario, la producción industrial avanzó 0.9 por ciento en el trimestre y 3.6 por ciento anualizado, con fuerte impulso de la construcción que creció 2.8 por ciento trimestral.
Por el contrario, disminución en la producción petrolero afectó a la minería que cayó en el trimestre 0.9 por ciento.
Mientras que las manufactureras tuvieron un comportamiento trimestral plano.
El IGAE crece 2.6 por ciento en marzo
Durante el tercer mes del año, los efectos de menores días laborales por la celebración de Semana Santa en marzo comparado con el año pasado que se celebró en abril, afectaron a las cifras originales.
No obstante, al observar los datos corregidos por efecto calendario, el avance del 2.6 por ciento anual resultó muy significativo dado el entorno de incertidumbre actual que se mantiene en nuestro país.
Los principales impulsores de la actividad económica en marzo fueron la industria manufacturera y el comercio minorista.
Expectativa de Monex
Hacia los próximos meses prevemos que el dinamismo de la actividad económica global, en específico el de EU, aumentará la demanda de nuestros productos, lo que impulsará las exportaciones y, por ende, la producción manufacturera.
No obstante, prevalecen ciertos riesgos a la baja como la austeridad de las finanzas públicas, el letargo de la inversión y la desaceleración del consumo.
Con el dato de hoy y sumado a la publicación del PIB del 1T-18, mantenemos nuestra expectativa de crecimiento de la economía mexicana en 2.3 por ciento para 2018.
Expectativa de Banorte
Esperamos un mayor dinamismo de la economía mexicana en el segundo trimestre del año. En primer lugar, se contabilizará el efecto de calendario contrario, ya que en 2017 la Semana Santa ocurrió en el segundo trimestre.
Adicionalmente, consideramos que menores niveles de inflación mejorarán las perspectivas sobre el poder adquisitivo de las familias lo que se podría traducir en un mayor dinamismo de las ventas minoristas.
Respecto a la producción industrial, consideramos que las perspectivas positivas de actividad económica a nivel global, aunado a que esperamos una divisa más depreciada en 2T18 –derivado de la incertidumbre generada por la renegociación del TLCAN y el proceso electoral–, lo cual resultará en una mejoría en la demanda externa con su respectivo impacto positivo sobre el sector manufacturero.
A esto hay que añadir que anticipamos un mayor dinamismo de la actividad de construcción derivado del mayor gasto gubernamental de las entidades federativas y municipios que ha detonado el proceso electoral de este año, el cual se verá reflejado también en un crecimiento de los proyectos de infraestructura.
No obstante, es probable que la incertidumbre respecto al dinamismo de la economía mexicana genere una desaceleración en los flujos de inversión privada destinada a la construcción.
Por su parte, consideramos que la recesión de la industria minera continuará en el segundo trimestre del año. Sin embargo, la variación anual tenderá a converger a cero en la segunda mitad del 2018.
Expectativa de Invex
Esperamos un crecimiento moderado de 2.1 por ciento para este año el debido a la persistencia de un escenario de incertidumbre que lastrará el crecimiento durante la primera mitad del año.
El sector servicios, que concentra el grueso de la actividad económica, se mantendrá como principal motor de crecimiento, aunque a un menor ritmo del observado durante el año pasado.
Por otro lado, el sector industrial sufrirá la reducción de la plataforma petrolera, aunque se beneficiará de un mejor dinamismo de la demanda externa por manufactura.
Por el lado positivo, esperamos un ligero repunte durante la segunda mitad del año ante un mayor gasto público, que podría compensar parcialmente la reducción en consumo e inversión privada, y un mejor dinamismo del sector manufacturero ante el mejor dinamismo de la demanda externa.
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