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El robo de autos en México sigue siendo un buen negocio para el crimen organizado que opera en este rubro, y que hasta hace algunos años era un serio dolor de cabeza para las empresas aseguradoras que no contaban con un esquema profesional para darle seguimiento a este delito.
En ese contexto se creó la Oficina Coordinadora de Riesgos Asegurados (OCRA), en 1994, como una respuesta del sector asegurador a un problema que rebasaba a las autoridades.
OCRA sirvió para localizar, identificar y recuperar vehículos robados, pero ha ido aumentando sus funciones “sobre todo en los rubros de prevención del delito, servicios de informática, cursos de capacitación pericial en materia de identificación vehicular y apoyos a las autoridades de procuración de justicia y seguridad pública”, según un informe de esta organización.
“Hace cuatro años el Sistema Nacional de Seguridad Pública reportó 152 mil carros robados a nivel nacional en 2002, pero no ha vuelto a sacar ninguna estadística”, dice el director general de OCRA, Mario Croswell Arenas.
En torno a las cifras actuales, Mario Croswell dice que en México los números reales del fenómeno del robo de autos son los que proporciona el sector asegurador porque corresponden al vehículo que le han robado a un asegurado que lo reporta para que se lo paguen. “Las cifras ciertas son las más de 43 mil del sector asegurador, y de éstos se recupera más o menos el 53 por ciento. Hay países como Estados Unidos que tienen una recuperación del 65 o 67 por ciento, porque tienen un registro, en Canadá recuperan el 78 por ciento, pero allá es muy difícil que un carro robado lo puedan ‘emplacar’ y aquí es algo muy sencillo”.
“El año pasado fueron más de 43 mil robos. Los seis estados de la república que en los últimos 15 años han tenido más robos de vehículos siguen siendo el Distrito Federal, Estado de México, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Puebla y Chihuahua”, dice Croswell.
De cada 10 carros que circulan en México cuatro están asegurados, y se calcula que hay un padrón vehicular de alrededor de 20 millones de vehículos. “Nadie te puede dar la cifra con exactitud porque no hay un registro nacional de vehículos, está en formación el registro público vehicular. El control de los autos lo tiene cada estado a través de una oficina de tránsito”, dice Croswell.
Robos por encargo
El director de OCRA enumera los principales objetivos del robo de autos. El primer caso, que representa el 90 por ciento, implica la venta del vehículo robado “tal y como está”. En este caso el carro lo roban y lo entregan en algún corralón o estacionamiento “para que se enfríe” antes de pasar a las siguientes etapas de “emplacamiento” y venta, comenta Mario Croswell.
El segundo objetivo es robar un coche para cometer asaltos, ajustes de cuentas y robos a bancos. En este caso el carro lo abandonan inmediatamente y es fácil la recuperación. Este tipo de robos representa el 1 o 2 por ciento del total.
El otro 6 u 8 por ciento de carros que se roban representa el hurto de vehículos de 10 u ocho años de antigüedad y éstos van a parar al “des-
huesadero”. “Un vehículo 90 o 92 debe de valer entre 7 o 9 mil pesos, si lo desmantelas llegas a sacarle hasta 40 o 50 mil pesos, porque las piezas muchas veces ya no las fabrican”.
En todas las modalidades de robo de autos, dice Croswell, el delito se comete por encargo. “Todos son robos por pedido, y un registro vendría a evitar esa comercialización”.
El director de OCRA asegura que la falta de un registro nacional de vehículos limita y condiciona la efectividad de la recuperación de vehículos o la comercialización ilícita de los mismos. “Por eso fue tan trascendente que hayan desaparecido el registro, al desaparecer el registro el robo de vehículos empezó a crecer”, señala Croswell.
Las rutas y la cooperación
“El 40 por ciento de los carros que recuperamos, los rescatamos en la misma entidad federativa en donde se los robaron. Hay bandas organizadas que se llevan carros a Centro y Sudamérica o a Estados Unidos y Canadá y se han llevado carros a París, pero hay bandas que son muy locales que no tienen contactos y se lo roban aquí y lo venden en Iztapalapa”, dice Mario Croswell.
“Hemos traído carros de Hawai, que obviamente se fueron primero a Los Ángeles y a San Francisco; lo más lejano hacia abajo del continente es Panamá, Costa Rica, El Salvador, Honduras y Guatemala evidentemente. Pero fundamentalmente los carros se quedan en las mismas entidades en un 38 o 40 por ciento”, señala Croswell.
El director de OCRA señala que la cooperación que se ha logrado entre su organización y autoridades de Centro y Sudamérica y Estados Unidos ha retribuido a la eficaz recuperación de los vehículos y aclara que la cooperación es fundamentalmente con las autoridades estatales.
“En los casos de los carros que traemos de Estados Unidos y Centroamérica nos apoya la Procuraduría General de la República con sus agregados, ya que hay un tratado internacional entre México y Estados Unidos, y también con Centroamérica.
“Cuando nos reportan el carro nosotros sacamos los documentos, hablamos con la agregaduría legal en Guatemala, le mandamos los documentos, ellos hacen el pedimento, detienen el vehículo, lo ponen a disposición y viene un procedimiento para la devolución. En Centroamérica nos tardamos entre mes y medio y dos meses para recuperar una unidad y en Estados Unidos en 15 días está el carro aquí”, dice el director general de OCRA. “La policía en Estados Unidos nos conoce perfectamente”, concluye Croswell.