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Pese a un traspiés de procedimiento que impidió remitir al Senado minuta de la reforma fiscal, la Cámara de Representantes de Estados Unidos logró una holgada mayoría que aprobó la reforma fiscal y será hasta este miércoles cuando cumpla con el trámite legislativo.
Cuando ya los republicanos cantaban victoria, la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi. “La revocación de la Cámara es la última evidencia de cuán mal hecho está el fraude fiscal”, expuso en un comunicado.
“Los ricos y bien conectados explotarán las lagunas ocultas y los obsequios en la estafa de impuestos del Partido Republicano en los años venideros. Mientras tanto, las familias de clase media pagan más y nuestros hijos se quedan atrapados con la factura de una deuda nacional en explosión”, agrega el texto de la legisladora.
Mientras, en un discurso atropellado desde la tribuna, el líder de los republicanos, Paul Ryan, dijo “la reforma significa que en lugar del lento crecimiento que hemos tenido durante años, volvemos a uno real y sostenido. Construiremos una economía de oportunidades donde haya más demanda de empleos con altos salarios. Es lo más importante que podemos hacer para volver a hacer que Estados Unidos sea el mejor lugar para hacer negocios”.
Hizo un elogio por la reforma que logró dar un golpe al corazón del Obamacare, programa de salud que se ha convertido en una obsesión para el presidente Donald Trump y que no ha conseguido desmantelar. “Estamos devolviendo la libertad y la flexibilidad para comprar la atención médica adecuada para su familia”, aseguró Ryan.
En su misma lógica, el republicano declaró como un “triunfo histórico” pues logró que se permita la perforación en una parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, “para desarrollar nuestros propios recursos energéticos. Después de décadas de debate en esta cámara, es el paso más ambicioso que hemos tomado en años para asegurar nuestro futuro”.
La minuta aprobada y que deberá ser votada nuevamente en por los representantes, establece que los impuestos personales más altos se reducirán de 39.6 por ciento a 37 por ciento, mientras para las empresas se reducirán del 35 por ciento al 21 por ciento, entre otros beneficios. Las corporaciones que repatrien utilidades tendrán beneficios fiscales.
La votación se resolvió con 227 sufragios a favor y 203 en contra 203. En el Senado la mayoría republicana no cuenta con mucho margen, por lo que se espera una diferencia de uno o dos votos. De aprobarse, sería remitida al presidente Trump para su promulgación y la entrada en vigor en 2018.
El demócrata por California, Mike Thompdson, divulgó un mensaje en el que recrimina la reforma por considerar que será devastadora para la clase media, además de que agrega un impacto de 2.3 billones de dólares a nuestra altísima deuda nacional para pagar exenciones fiscales para las empresas y para los estadounidenses más ricos.