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Por el buen desempeño de las finanzas públicas en 2016 y 2017, que las mediciones demuestran una mejoría en el balance, así como la revaluación de la moneda la calificadora HR Ratings refrendó la calificación de la deuda de México a corto y largo plazos y cambió la perspectiva de negativa a estable.
De acuerdo con la escala de esta calificadora la deuda soberana del país se mantiene en rango de grado de inversión y recupera la perspectiva que había perdido en septiembre de 2015, cuando cambió a negativa.
La calificación de México fue revisada el 3 de agosto en su perspectiva de negativa a estable por Fitch Ratings, en julio había hecho lo mismo S&P, mientras que Moody’s en abril la confirmó en negativa.
La fuerte revaluación del peso ha ayudado a reducir significativamente el cociente de deuda al PIB. Aunque el superávit financiero observado durante el primer semestre fue impulsado por la contribución de los remanentes de operación del Banco de México, también influyó la reducción en el gasto programable y el incremento en los ingresos petroleros, señala HR Ratings en sus argumentos.
Para el cierre de 2017, HR Ratings supone que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, la medida más amplia de la deuda, caerá a 46.2 por ciento del PIB, contra 50.1 por ciento al cierre de 2016 y 51.5 por ciento que estimaba HR Ratings en su reporte anterior.
El prudente manejo de las finanzas públicas ha reafirmado la capacidad de la política fiscal para reaccionar ante situaciones de estrés, aspecto al que se suman los datos más recientes de la balanza de pagos que muestran que el déficit de la cuenta corriente ha sido compensado por el superávit de la cuenta financiera y las reservas internacionales mantienen 173.4 mil millones de dólares; además, México cuenta con una línea de crédito flexible equivalente a 88 mil millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional.
Sin embargo, la incertidumbre asociada al proceso electoral en 2018 y a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte podrían procurar una depreciación, aumentando en pesos el monto de la deuda denominado en dólares y poniendo en riesgo las estimaciones del cociente deuda a PIB.
Además, la incertidumbre política en Estados Unidos, con respecto a su capacidad para implementar reformas fiscales pone en riesgo su crecimiento de largo plazo, lo que podría debilitar la actividad económica de México.
Los gastos ajustados cayeron 8.2 por ciento anual en términos reales, mientras que el SHRFSP se contrajo 493.3 mil millones de pesos en este periodo, disminuyendo su relación con el PIB. Esto se debe en gran medida debido a que el precio del dólar de Estados Unidos cayó 13.4 por ciento. Aunque la reducción de la deuda le da a México mayor margen de comodidad en su calidad crediticia, es importante no subestimar el riesgo derivado de su exposición al tipo de cambio y a factores políticos, incluyendo los externos.
La volatilidad del tipo de cambio en los últimos años ha representado un reto importante para las finanzas públicas; no obstante, hay contrapesos significativos. Los remanentes de operación de Banxico, de 321.7 mil millones de pesos, han permitido a la SHCP mejorar sus metas fiscales. Por ejemplo, en los CGPE2017 se planteó que el superávit primario alcanzaría 0.4 por ciento del PIB al cierre del 2017; el reporte más reciente de la SHCP, al mes de junio, estima un cociente de 1.5 por ciento.
Esto es un contraste importante ante el año anterior, cuando los remanentes de operación de Banxico permitieron alcanzar con mayor facilidad las metas fiscales, sin la necesidad de mejorar la postura de las finanzas públicas. Por su parte, las metas para el SHRFSP y el déficit de los RFSP han sido revisadas a 48 por ciento y 1.4 por ciento del PIB.
En los mismos CGPE2017 se encontraban en 50.1 por ciento y 2.9 por ciento respectivamente. Los remanentes y el tipo de cambio no son los únicos factores que podrían beneficiar a estos cocientes en el año. La inflación en 2017 podría procurar un deflactor que impulse el valor del PIB nominal, reduciendo cualquier cociente. Sin embargo, mayor inflación podría tener otras consecuencias negativas, como el incremento del costo financiero.
En particular, HR Ratings estima que el SHRFSP cerrará 2017 en 46.2 por ciento del PIB, o 9.84 billones. Esto implica un incremento del saldo de 534.2 mil millones de pesos en el segundo semestre. Lo que contrasta con el crecimiento que estima la SHCP de 866.4 mil millones de pesos en el mismo periodo.
La diferencia se da a pesar de que HR Ratings proyecta que los RFSP cerrarán 2017 en 337.8 mil millones de pesos (1.59 por ciento del PIB), cerca de 296.9 mil millones de pesos de la SHCP. La diferencia entre el cambio en el saldo histórico y los RFSP se debe a dos componentes: los ajustes por tipo de cambio y a otros factores no detallados, entre ellos, la acumulación neta de activos financieros y otros ajustes contables.
La estimación de HR Ratings para estos factores durante el segundo semestre del año es menor a la de la SHCP en P$373.1mm. Esto podría deberse a que la proyección de HR Ratings para el tipo de cambio al cierre del año6 es menor y/o a que la estimación correspondiente a los factores no detallados es más conservadora. Por último, HR Ratings supone que la SHCP alcanzará su meta para el superávit primario, acumulando 1.42 por ciento del PIB o 301.4 mil millones de pesos.