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México entró en recesión. Los indicadores del Banxico prevén una caída del PIB de menos 0.8 y 1.8 por ciento; desempleo para 160 mil y 340 mil trabajadores, y una inflación del 4 por ciento. Las cifras son consecuencia del abandono del mercado interno y de la dependencia casi total hacia la economía estadunidense, ahora en crisis, indican especialistas.
Los indicadores del Banco de México (Banxico) prevén un negro panorama de la economía mexicana para 2009, con una caída del producto interno bruto (PIB) de menos 0.8 y 1.8 por ciento; desempleo para 160 mil y 340 mil trabajadores, y una inflación del 4 por ciento. Las cifras, aunque oficiales, no son nada halagüeñas para los especialistas en la materia, quienes aseguran que el país ya está en recesión.
De acuerdo con el Informe sobre la inflación octubre-diciembre 2008 y programa monetario para 2009, presentado a finales de enero por el gobernador del Banxico, Guillermo Ortiz Martínez, la recesión de la economía estadunidense impacta en las finanzas de los mexicanos, consecuencia de la dependencia comercial que se tiene con ese país.
No obstante, especialistas en la materia dicen que el abandono de la inversión en el mercado interno, por parte de las autoridades, acentúa la crisis financiera en los bolsillos de los mexicanos y en los sectores productivos primarios.
El documento indica que “las menores perspectivas para la economía mexicana en 2009 obedecen, fundamentalmente, al severo deterioro que ha registrado el entorno externo. Es previsible que dicho entorno, caracterizado por una severa crisis financiera y por una situación recesiva en las principales economías industriales, particularmente en Estados Unidos, siga impactando adversamente a la economía mexicana”.
Los factores que contempla el banco central son: la contracción de las exportaciones manufactureras, menores ingresos del exterior por viajeros internacionales y por remesas familiares; disminución de la demanda por energéticos y menor disponibilidad y mayor costo del financiamiento externo.
Además, en materia de inflación, México “espera un escenario de crecimiento adverso para 2009”, debido a que la actividad económica mundial continuará en una etapa recesiva, al menos durante el primer semestre de este año.
En el informe, Ortiz Martínez arguye que “la materialización de la trayectoria prevista para la inflación está sujeta a diversos riesgos”, en los que destaca que “en la medida en que la desaceleración de la economía fuese más severa a la prevista, el descenso de la inflación podría ser mayor y más rápido”.
Indica que los precios de las materias primas alimenticias podrían elevarse nuevamente, “debido a la baja elasticidad de la demanda por este tipo de productos, en combinación con una contracción en la producción motivada tanto por la reciente baja en los precios, como por la mayor astringencia de financiamiento para los productores”.
Las distorsiones en el mercado de los granos en el país es otro de los factores que toma en cuenta la institución financiera para su diagnóstico. La “rigidez” en la baja de los precios internos no tendrá los “ajustes” esperados en sus cotizaciones, y “la presión sobre los precios de los alimentos procesados que los emplean como insumos podría continuar”.
Otra de las incertidumbres de la economía mexicana recae en la depreciación del peso frente al dólar, que de diciembre de 2008 a la fecha ha tenido un incremento promedio de 3.50 pesos, al pasar de 11 a 14.50 pesos, aproximadamente. Ello implica, dice el informe del Banxico, mayor incertidumbre respecto al posible traspaso del movimiento cambiario hacia los precios al consumidor.
“En el caso de nuestro país, el panorama asociado a las fuentes de financiamiento de la economía en los siguientes años luce complicado. En primer lugar, en la medida en que la recesión en Estados Unidos sea más profunda y duradera, continuará la tendencia decreciente que han venido registrando la tasa de crecimiento de las exportaciones y las remesas”, indica el documento.
A ello se suma que la balanza comercial petrolera nacional ha mostrado un “fuerte deterioro”, lo que implicó que para el cuarto trimestre de 2008 se registrara “negativa”. El Banxico enfatiza que “los efectos sobre la actividad económica de políticas de índole macroeconómica, que tratan de estimular a la demanda agregada, son acotados, y que no es factible esperar que éstos conduzcan a un impulso permanente al crecimiento del PIB”.
Abandono gubernamental
Carlos González Fisch, vicepresidente del Sector de Bienes de Capital de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), asegura que las previsiones del Banxico se deben a que “no hay una política económica definida en el país. No hay rumbo”.
El industrial dice que la falta de atención al mercado interno mexicano ha significado, por lo menos en la Canacintra, la desaparición de casi el 50 por ciento de sus afiliados en los últimos cinco años. De las 80 mil empresas registradas en 2004, se tienen a la fecha 42 mil, que funcionan al 30 por ciento de su capacidad.
A ello, agrega que los funcionarios de la Secretaría de Economía (SE) –encabezada por Gerardo Ruiz Mateos– hablan todos los días de competitividad y, hasta ahora, no existe la capacidad a nivel internacional. “Somos un mercado abierto y no competimos siquiera dentro del país, nos lo impiden los precios de los energéticos y los impuestos, que son de los más caros en el mundo”.
Según el Banxico, “el débil desempeño de la producción industrial en el cuarto trimestre reflejó caídas anuales de tres de los cuatro sectores que lo integran: minería, manufacturas y construcción. Mientras, la variación anual en electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final fue cercana a cero”.
El presidente no quiere reconocer que el país está mal, espeta González Fisch. Critica que la SE tome decisiones equivocadas, contrarias a la realidad del país, con la firma de tratados internacionales. “Esto nos ha traído la pérdida de más del 60 por ciento de las empresas que había en esta rama. En bienes de capital éramos 6 mil 200 empresas en 1995, registradas en Canacintra, según el balance de 2008 no llegamos a 500 empresas. Esto pasa en todas las demás ramas”.
El banco central, por su parte, reporta que en lo que se refiere a las exportaciones manufactureras dirigidas al mercado estadunidense, que representaron el 80.4 por ciento del total el año pasado, cayeron en el último trimestre en el sector automotriz y el resto de las manufacturas.
“En el bimestre octubre-noviembre de 2008, la producción industrial medida en pesos constantes registró una caída anual de 3.8 por ciento, acumulando siete meses consecutivos con tasa negativa. En el bimestre de referencia, tres de los cuatro sectores que integran a la producción industrial presentaron descensos anuales: la minería de 4.7 por ciento, la construcción de 3.4 por ciento y las manufacturas de 4 por ciento, mientras que el sector de electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final mostró un ligero aumento anual de 0.5 por ciento.
“En el caso de la disminución de la producción manufacturera, ésta se derivó de caídas anuales de 7.6 por ciento del subsector de equipo de transporte, que incluye principalmente a la producción de vehículos y de autopartes, y de 3.1 por ciento de la industria manufacturera sin equipo de transporte”, reporta el Banco de México.
La caída del mercado
A finales de 2008, la desaceleración de la economía nacional se vio reflejada en dos renglones significativos, indica el documento del Banxico: el consumo y la inversión. Ejemplo de ello son las pérdidas que registra la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), que apenas registró un crecimiento anual de 2.7 por ciento, “la tasa más baja observada en 25 trimestres”.
“La pérdida de fortaleza de las ventas de la ANTAD comprendió a toda la gama de productos, incluyendo al de abarrotes, pero fue más aguda en los renglones de ropa y calzado y de bienes duraderos (línea blanca, electrónica, video y celulares, electrodomésticos y muebles)”, precisa la institución financiera encargada de procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso.
El diputado Juan Guerra Ochoa, integrante de la Comisión de Hacienda y Crédito Público por el Partido de la Revolución Democrática, critica que el gobierno que encabeza Felipe Calderón Hinojosa “sigue con el discurso de que la mano del mercado maneja nuestra economía, siguen anclados en un pasado que arruinó todo”.
El diputado perredista critica que “no se puede hablar de un mercado interno, si no hay una industria nacional. Dependemos de una industria de importación; hay que pasar del monetarismo brutal a la generación de empleo”.
Desempleo en aumento
El debilitamiento de la actividad económica en el cuarto trimestre y, consecuentemente, de la demanda de trabajo, se reflejó en el comportamiento de los distintos indicadores del mercado laboral: empleo, desempleo, remuneraciones reales y masa salarial.
Las estimaciones del Banco de México sobre los resultados de la Encuesta nacional de ocupación y empleo que recaba el INEGI, muestran que en el último trimestre de 2008 se redujo el crecimiento anual de la población ocupada, acompañado por una caída de las remuneraciones reales y de la masa salarial.
“La pérdida de dinamismo del empleo formal en el país a lo largo de 2008 fue notoria en el comportamiento de las variaciones anuales del número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Al cierre de diciembre de 2008, el referido número de trabajadores ya registró una caída anual que se derivó de la combinación de una disminución de 59 mil 324 trabajadores permanentes y un alza de 21 mil 789 eventuales urbanos”, indica.
Javier Guerrero García, secretario de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública en la Cámara de Diputados por el Partido Revolucionario Institucional, indica que el tema del desempleo es “delicado” por sus efectos en la economía real y la expectativa de crecimiento.
El legislador priista indica que “si atendemos a los indicadores del último periodo, estamos enfrentando un nulo crecimiento, y el discurso oficial lo niega porque quiere evitar el nerviosismo.
Es preocupante que las autoridades no se pongan de acuerdo en las proyecciones para llevar al país hacia una economía sana y beneficie en los índices de empleo.
“La crisis y sus repercusiones nos tienen que llevar a replantear el abandono que tenemos con algunos sectores. Lo importante es ver este fortalecimiento. Asumir que el modelo no dio y que el Estado tiene una responsabilidad con sus gobernados”, precisa Guerrero García.
Fuente: Revista Fortuna | No. 73 | 15 de febrero de 2009 | México