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La transformación de una compañía familiar en una empresa institucional y totalmente transparente en sus prácticas de administración representa el mejor camino para generar valor en sectores con alto potencial de crecimiento
La institucionalización de procesos y reglas de administración en una empresa puede representar la diferencia entre una compañía exitosa y una destinada a desaparecer.
En México – una economía caracterizada por la presencia de compañías familiares – la evolución hacia el gobierno corporativo con las mejores prácticas de administración es un camino necesario para incrementar el valor de estos negocios. Si bien es cierto que la visión de sus fundadores debe permanecer, también lo es que puede enriquecerse para generar nuevos escenarios de crecimiento.
Una empresa institucional debe poder trascender el horizonte de inversión y profesional de sus fundadores y administradores y ser capaz de llevar a cabo sus operaciones y decisiones “con independencia de quién esté detrás de la empresa”, dicen los fundadores del fondo Discovery Americas.
En otras palabras, una empresa institucional es la que documenta sus procesos para operar de manera eficiente y estandarizada, una empresa que analiza permanentemente su información financiera y operativa, que designa responsables de cada uno de sus procesos, así como sus mecánicas de evaluación, que somete su información operativa y financiera de manera transparente y oportuna a sus órganos de gobierno, porque, es en éstos, en donde se toman las decisiones de manera imparcial, informada y compartida. Finalmente, las decisiones que se toman en los diferentes órganos de gobierno son respetadas por la administración.
Sin embargo, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), así como otros fondos de inversión de capital privado, reconocen que las resistencias son muchas. ¿La razón? El temor infundando a perder el control de la empresa que se fundó con mucho esfuerzo. Sin embargo, de haber pensado de esa forma muchos de los grandes corporativos mexicanos que hoy desarrollan, incluso, operaciones globales no podrían contarse en el escenario corporativo mundial.
La institucionalización tiene sus ventajas: con información clara, transparente y homologada con las buenas prácticas es posible llegar al mercado de valores, obtener financiamiento del público inversionista, incluyeron a las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores). No se pierde, por lo tanto, el control sino que se comparte la toma de decisiones para alcanzar el mejor objetivo. Es uno de los mejores caminos para crecer.
En nuestra portada de la presente edición, usted podrá leer las claves que sigue un fondo de capital privado, Discovery Americas, que está rompiendo paradigmas en el sector corporativo mexicano. No es un camino corto, es cierto, pero la participación de profesionales de la administración y las finanzas puede representar la vía más corto para alcanzar la institucionalización que añade valor a una compañía.
En México, además, sectores con alto potencial de crecimiento como la educación, el sector salud, el de entretenimiento y el del transporte, en donde el potencial es muy grande, pero también en donde la competencia es limitada, ofrecen grandes perpectivas para compañías institucionales.