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Patricia, el huracán que impactó las costas de Jalisco la tarde del 23 de Octubre de 2015, se convirtió en uno de los fenómenos meteorológicos más importantes que cubrieron los medios de comunicación mexicanos y extranjeros. Su magnitud, por dimensión y tamaño, se preveía que fuera uno de los mayores desastres naturales en la historia de nuestro país, que se convertiría en un verdadera tragedia para Jalisco, para Colima, para los estados en donde el meteoro descargó una inmensa cantidad de agua y que otra vez, la naturaleza pondría en alerta a los tres órdenes de gobierno.
Sin embargo, afortunados eventos climáticos y geográficos, así como el manejo de la emergencia por parte de las autoridades evitaron mayores afectaciones para la población. Y son varias las aristas en esta información. Por una parte, Patricia fue catalogado como el huracán más poderoso en la historia, según los registros de la Organización Meteorológica Mundial, la WMO por sus siglas en inglés, debido a sus vientos sostenidos de 325 kilómetros por hora. Expertos de esta organización compararon este huracán con el tifón Haiyan, que dejó más de 6 mil víctimas en Filipinas en noviembre de 2013.
Se temía que Patricia dejaría daños como los que provocó el huracán Katrina en 2005 en los Estados Unidos, además que su inesperado fortalecimiento de lo que comenzó como una tormenta tropical y pasó a ser un huracán de categoría 5 en la escala Saffir-Simpson en 24 horas, alertó sobre sus potenciales consecuencias. Afortunadamente al tocar territorio mexicano Patricia se debilitó pues fue desviado por ciertos fenómenos meteorológicos que se extendían del norte al oeste del país, es decir, en la Sierra Madre Occidental.
Los expertos también explicaron que la poca destrucción que hubo cuando Patricia tocó suelo mexicano fue porque los vientos récord de la tormenta permanecieron confinados en un área pequeña y golpearon una región relativamente despoblada.
Si bien es cierto que este huracán tuvo impacto en zonas agrícolas, viviendas y zonas turísticas, la zona de “El Paraíso”, en Colima, fue una de las más golpeadas. Informes del gobierno mexicano confirmaron que esa comunidad fue la más afectada por el paso del fenómeno climático. Y justo aquí es donde la arista política jugó un papel esencial en el desarrollo de la emergencia que provocó este huracán.
Sin lugar a dudas la obligación del gobierno es reaccionar de manera atenta y oportuna en cualquier situación de emergencia que provoque alguna catástrofe natural. Es deber de los que ostentan el poder precisamente servir y atender las necesidades de las personas afectadas, pues son ellos, los políticos quienes usan los recursos para poder mitigar o echar a andar planes de emergencia para proteger a la población. ¿Qué pasaría si los gobiernos no reaccionan a tiempo en una situación de emergencia? ¿Qué pasa cuando los protocolos de emergencia ante un fenómeno climático no son echados a andar?
Lo traigo como una arista porque si bien al presidente Enrique Peña Nieto se le ha criticado en distintos ámbitos de su gestión, ante la emergencia por Patricia, él y su equipo de gobierno reaccionaron de manera adecuada y dieron forma a una buena estrategia para informar y mantener al tanto de lo que pasaba en los momentos más críticos del huracán.
Muchos llamaron como un oportuno “huracán mediático” a la reacción del gobierno federal. Secretarios del gabinete de Peña Nieto salieron a medios a dar parte de lo que sucedía con el fenómeno; es decir, la comunicación gubernamental permeó en los medios de comunicación (televisión y radio) para difundir de manera oportuna el paso de Patricia en suelo mexicano.
Las redes sociales también jugaron un papel fundamental en el desarrollo del paso del meteoro y permitieron conocer si familiares se encontraron bien después del paso del huracán.
El saldo final fue que Patricia se degrado a tormenta tropical. El propio Peña Nieto calificó a “El Paraíso” como la comunidad más afectada y confirmó que el Comité Estatal de Daños evaluó las afectación en esa comunidad y en las áreas donde se sintió el paso del huracán. También se refirió que los efectos dejados fueron menores a los que eventualmente se preveían y que la energía eléctrica afectó a cerca de 235 mil usuarios en los estados de Colima, Jalisco, Nayarit y Michoacán.
Más de diez mil personas fueron evacuados de los estados de Jalisco, Colima y Nayarit; la Cruz Roja organizó una campaña de donativos a través de internet desde horas antes de que llegara el huracán para hacer frente a la emergencia humanitaria.
Las circunstancias nos han enseñado en estos casos que la prevención es la mejor herramienta para evitar tragedias. Debe ser el punto medular en cualquier contingencia y los gobiernos tienen la obligación de llevarla a cabo.
Quizá si no se hubiera reaccionado de manera oportuna el cantar hubiera sido otro y nuevamente estaríamos descalificando al gobierno o peor aún lamentando pérdidas humanas. No fue así. Patricia nos reafirmó que para eso sirven los medios de comunicación, para eso sirve prevenir, para eso están ahí los gobernantes, es su trabajo, es nuestro trabajo y nada más.
*Periodista y productor.
Correo electrónico: szaragozaa@gmail.com / twitter.com/SalvadorZA