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El farmacéutico se ha convertido en uno de los sectores más productivos del país, consecuencia del crecimiento en ventas durante los últimos años, el desarrollo en tecnología y ciencia, así como el personal altamente calificado que lo conforma, comenta en entrevista Rafael Gual Cosío, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el sector farmacéutico es prioritario para el país, debido a la estrecha relación que guarda con la economía y la salud. Esta última, dice el análisis institucional, “es un factor inherente al bienestar de la población y determinante de la productividad del trabajo, por lo que tiene una influencia en el desarrollo de la economía del país”.
El documento publicado en julio de 2011 –el más reciente al respecto–, indica que en los datos registrados hasta 2008, el gasto en medicamentos como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) se estimó en 1.4 por ciento, mientras que el promedio estimado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fue de 1.5 por ciento.
Un sector en crecimiento, dice Rafael Gual Cosío, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma). En entrevista con Fortuna, comenta que esta es una industria intensa en investigación y desarrollo: “Estamos incluidos en las metas del Plan Nacional de Desarrollo [del gobierno federal] como una de las industrias estratégicas para el país en inversión, empleo e innovación”.
¿Qué mercado es más atractivo para la industria, el genérico o el de patentes?
Tan importante es uno como el otro. Desarrollar nuevos productos y contar con productos patentados es importante. México es uno de los países que incorporan nuevas tecnologías más rápidamente a nivel mundial por investigación clínica; esto nos permite estar a la vanguardia también en la producción de medicamentos patentados. No obstante, el país cuenta con una planta industrial importantísima en materia de fabricación de productos genéricos, lo cual le da a la población una oportunidad de tener productos más asequibles en materia de precios al vencerse las patentes.
La autoridad, la Cofepris y el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial han sido muy cuidadosos en garantizar esta propiedad, pero también en permitir el acceso de nuevos fabricantes de productos genéricos en el momento en que las patentes vencen.
Esta complementariedad ha permitido tener en el mercado una gama importante de productos genéricos, pero también productos de primera generación casi en el momento en que se están lanzando a nivel mundial.
Observamos firmas de patentes que ya participan en la producción de medicamentos genéricos.
Es una condición natural ver que muchos laboratorios que originalmente eran de productos patentados han empezado a tener estas líneas de productos genéricos y viceversa; laboratorios que solamente fabricaban genéricos están patentando productos y teniendo sus propios desarrollos.
El Censo
De acuerdo con el I Censo de la Industria Farmacéutica en México, de 2007 a 2010, “periodo especialmente complejo para la economía mexicana y el sector manufacturero, la Canifarma registró un comportamiento en términos nominales ligeramente superior al observado por la economía nacional y por arriba del sector manufacturero, al reportar un 5.8 por ciento de crecimiento promedio”.
El Censo también indica que las ventas en el mercado privado fueron las más exitosas con relación al sector público, con un dominio del primero de 73 por ciento de las ventas totales.
Tal sólo en el último año de registro (2009), el sector público cuantificó ventas por 44 millones 681 mil pesos; en tanto que el privado tuvo ventas por 160 millones 62 mil pesos.
Otra de las áreas que destaca el documento de la Canifarma es que en el lapso 2007-2009, el creciente desempeño de todas las especialidades propició la creación de 2 mil 461 fuentes de trabajo adicionales, es decir, se observó un crecimiento promedio de 3.2 por ciento.
Los empleos por área, sólo en 2009, fueron: producción, 28 mil 206 plazas; ventas, 25 mil 365; administración, 18 mil 723; trabajadores de logística, almacén, subempleo, mantenimiento y limpieza, 3 mil 840; e investigación y desarrollo, 2 mil 145.
La reforma
No obstante el crecimiento de la industria, el presidente de la Canifarma comenta que hay un foco de observación en el impacto que tendrá la reforma fiscal, pues “las reformas, desde luego afectan a la industria como a todas las demás, aunque este sector se ha venido desempeñando favorablemente en los últimos años”.
Sin embargo, dice, tendrán que ver cuál es el impacto sobre los salarios y los gastos de transporte, ya que son de los gastos más importantes que hay, consecuencia de contar con personal muy calificado y por los traslados de los medicamentos.
Gual Cosío es optimista y agrega: “La industria es intensiva en investigación y desarrollo, estamos incluidos en las metas del Plan Nacional de Desarrollo y como una de las industrias estratégicas para el país en inversión, empleo e innovación”.
Por sus características, la industria farmacéutica realiza en México mucha de la investigación que se lleva a cabo a nivel mundial. Es una de las fortalezas del país en cuanto a la infraestructura en hospitales y personal médico calificado; por lo tanto, con esta característica intrínseca de la industria se puede acceder a créditos y apoyos, dependiendo del enfoque que se le dé a la inversión.