
Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 43 segundos
El economista en jefe de la correduría local, Gerónimo Ugarte, dice que el Mundial de Futbol será una pizca de sal que se debe aprovechar para el desarrollo de infraestructura, aunque la perspectiva es que se trata de un choque de demanda positivo de corta duración. Aunque el IGAE rebotó en octubre, por aparte, analistas apuntan a avances modestos del PIB tanto en 2025 como en 2026.
Valores Mexicanos (Valmex) está en el grupo de corredurías locales con un pronóstico de crecimiento de 1.0% para 2026, inferior a la proyección mediana de 1.2%. En este rango también está Citi México, Bank of America (BofA) e Invex.
En entrevista con el programa “A la Apertura” de Revista Fortuna, Gerónimo Ugarte, economista en jefe de la casa de bolsa local anota que el próximo año la economía de México tendrá a su favor menores tasas de interés que pueden impulsar al consumo en el mundial de Futbol, otro punto de apoyo para la expansión. No obstante, el declive de la inversión con 2 meses consecutivos a la baja hasta septiembre a tasa mensual y un declive de 10.2% a tasa anual, además de bajas perspectivas en materia generación de empleo formal reducen su potencial.
El efecto de la Copa Mundial es positivo, pero estará acotado por un impulso transitorio vía servicios, turismo, una parte de infraestructura y también comercio, entretenimiento, y empleos temporales en los sectores de hoteles, transporte y logística. En suma, el crecimiento derivado de este evento contribuirá al crecimiento como un choque de demanda positivo de corta duración.
El economista señaló que la importancia de la justa mundialista seria desplegar una inversión más focalizada y vinculada a la movilidad urbana, las telecomunicaciones, los aeropuertos, donde la tasa del Producto Interno Bruto (PIB) recibiría un impacto mayor.
Los eventos del Mundial estarán distribuidos entre México, Estados Unidos y Canadá por lo que las ganancias también tendrán que ser tripartitas. Además, el país no concentrará el mayor número de partidos; “creo que aquí hay que tomar esto como un granito de sal”, agregó Ugarte.
México enfrentará el próximo año también presiones inflacionarias derivadas de la entrada en vigor de nuevos impuestos, como el IEPS en refrescos, o el cobro de aranceles a países con los que no se tiene un tratado comercial, como el caso de los asiáticos donde destaca el gigante China.
Además, el experto plantea que en caso de que el evento mundialista no coincida con una política monetaria prudente y buenas políticas públicas, “el efecto puede diluirse” y generar más presiones también por la parte de los precios de los servicios.
Apenas visible
La tasa de interés del Banco de México (Banxico) se encuentra hoy en una fase neutral, que significa que no alienta ni el gasto ni la inversión, y tampoco restringe la actividad económica para aliviar las presiones sobre los precios.
La inversión durante 2026, que languideció a lo largo de este año, puede tener una reactivación en la parte del Sector Público y poder atraer algunos flujos de inversión privada, de acuerdo con Ugarte. Asimismo, los proyectos de inversión pública programados entre septiembre y octubre, que se estarían realizando en el siguiente ejercicio, podrían estimular casi de inmediato la demanda.
Sin embargo, además de la falta de inversión integral, los focos de alerta provendrían de un consumo privado sin mayor crecimiento al actual, en parte con la estrecha generación de empleos formales.
En el año por concluir, México generó en noviembre apenas 25,000 empleos formales, sin parangón en los últimos 10 años y solo comparable en el pasado reciente con los números que arrojó el efecto de la pandemia en 2020, o la recesión en la que cayó México en 2019.
“También tenemos la parte de remesas (afectadas por las políticas anti inmigración). El consumo resiste, pero no acelera”, dijo Ugarte.
Por separado, otros analistas señalaron que si bien en octubre las actividades económicas medidas por el IGAE mostraron su mejor desempeño desde julio del 2024, con un repunte mensual de 1.0%, las expectativas apuntan a avances modestos del producto tanto en 2025 como en 2026.
El avance, “está en línea con nuestra perspectiva de una mejoría en el dinamismo de la actividad en el 4T25 (tras la caída del PIB el trimestre previo) la cual proyectamos que se fortalezca en 2026”, mencionaron Paulina Anciola, Iván Arias y Rodolfo Ostolaza, del Banco Nacional de México (Banamex).
No obstante, los especialistas indicaron que entre enero a octubre el IGAE acumula un crecimiento anual de 0.2%, muy por debajo de la tasa de crecimiento de 1.6% en igual periodo del 2024.
Para 2025, señalaron los expertos, hay riesgos al alza ante la sorpresa positiva del IGAE, aunque no modificaron su estimado de una expansión de 0.2%. En 2026, esta mejora y se ubica en 1.5%, pero acumularía tres años consecutivos por debajo de su promedio de largo plazo de 2.0%.








