Comunidad Fortuna | Perspectivas económicas y de mercados para 2026

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El 2026 luce como un año de crecimiento sincronizado. Para Estados Unidos, se espera que el PIB avance alrededor de 1.8% y México podría crecer cerca de 1.6%, apoyado por la renovación del T-MEC, un mayor flujo de inversión extranjera y el regreso gradual de la inversión pública.

 

*Por José Ramón de la Rosa, director de estrategias de mercado de Actinver

 

El 2026 se perfila como un año de transición hacia un entorno económico más estable, después de un 2025 marcado por fuertes episodios de volatilidad.

Este escenario estuvo directamente relacionado con la política arancelaria de la administración Trump. Aunque el arranque del año estuvo acompañado de incertidumbre —con aranceles aplicados inicialmente a México, Canadá y China, y posteriormente al resto del mundo—, la economía global demostró una notable resiliencia.

Las empresas ajustaron rápidamente sus cadenas de suministro y gestionaron inventarios para mitigar los efectos inflacionarios y operativos. En Estados Unidos, este ajuste fue acompañado por impresionantes resultados corporativos y un renovado impulso del sector tecnológico impulsado por la Inteligencia Artificial (IA), llevando al Nasdaq a repuntar más de 50% entre abril y octubre, y al S&P 500 más de 36% en ese mismo lapso.

México también sorteó el impacto arancelario mejor de lo anticipado.

La vigencia del TMEC permitió que 85% de las exportaciones hacia EE. UU. permanecieran libres de aranceles, evitando un choque profundo en la actividad. Aun así, el Gobierno Federal implementó un fuerte ajuste fiscal para reducir el déficit desde 6% del PIB en 2024 a 4% en 2025, lo que implicó una menor inversión pública y un crecimiento económico estimado de 0.4% para el año.

A cambio, la disciplina fiscal y el plan financiero para fortalecer a Pemex generaron una reacción positiva de las calificadoras, dejando a la petrolera a un paso de recuperar el grado de inversión. El peso acumuló una apreciación cercana al 15% en 2025, apoyado por el superávit comercial y la reducción de la prima de riesgo.

 

Con miras a un PIB de 1.6%

Con este telón de fondo, el 2026 luce como un año de crecimiento sincronizado. Para Estados Unidos, se espera que el PIB avance alrededor de 1.8%, en línea con su tendencia histórica; en Europa, un crecimiento cercano al 1.2% apoyado por mayores ingresos reales y estímulos fiscales en Alemania.

China, la segunda mayor economía del mundo, mantendría un rango de expansión entre 4.0% y 4.5%, enfocándose en impulsar el consumo interno y sectores de manufactura avanzada.

México, por su parte, podría crecer cerca de 1.6%, apoyado por la renovación del TMEC, un mayor flujo de inversión extranjera y el regreso gradual de la inversión pública.

En materia inflacionaria, la amenaza de un repunte global parece haber quedado atrás. Para 2026, se anticipa una inflación de 2.5% en Estados Unidos, 2.0% en la Eurozona y alrededor de 4.1% en México.

Esto permitirá a los bancos centrales continuar con los recortes de tasas: la Fed podría cerrar ese año en 3.25%, el BCE en 2.0%, y Banxico en 6.50%, aunque actuará con cautela debido a los ajustes fiscales programados para inicios de año.

El tipo de cambio verá un entorno más estable. La menor demanda internacional por dólares, junto con la diversificación de reservas hacia otras divisas y el oro, mantendrán al dólar en niveles cercanos al actual.

Para México, se anticipa un cierre de año entre 19.20 y 19.40 pesos por dólar, aunque con episodios de volatilidad alrededor de la negociación del TMEC.

 

Diversificación planeada

En los mercados financieros, la gran narrativa del 2026 será la diversificación.

Tras años en los que las “siete magníficas” dominaron el desempeño de las bolsas globales, los portafolios tendrán que abrirse a nuevos sectores y regiones.

La consolidación de la IA exige un salto significativo en infraestructura: energía eléctrica estable, suministro de agua, refrigeración líquida para centros de datos, espacios físicos escalables y redes de fibra óptica de alta capacidad.

Empresas de estos sectores emergen como los nuevos protagonistas del crecimiento. Europa, Japón y México muestran valuaciones atractivas frente a Estados Unidos, lo que aumentará su relevancia en los portafolios globales.

En materias primas, el oro mantendrá su papel como activo refugio, con un precio proyectado en USD 4,500 por onza, impulsado por la demanda de bancos centrales y el descenso de tasas. El petróleo se estabilizaría cerca de USD 63 por barril, apoyado por la recuperación económica de Europa y estímulos en China.

El cobre, esencial para la transición energética y la expansión de infraestructura para IA, continuará enfrentando déficit de oferta, lo que sustentará un sesgo alcista en sus precios.

En resumen, bajo mi óptica, 2026 será un año menos incierto, más equilibrado y con nuevas oportunidades estructurales. Tras cinco años dominados por choques extraordinarios —pandemia, inflación, guerra y disrupción comercial—, el mundo entra en una etapa de crecimiento más ordenado que, si bien exige cautela, también abre la puerta a estrategias de inversión más amplias y diversificadas.

 

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*José Ramón se incorporó a Actinver hace diez años, donde se ha especializado como analista de mercados. Es Licenciado en Economía por el ITESM, con un Máster en Economía y Finanzas por la Escuela Superior de Economía de Barcelona, y un segundo Máster en Administración de Riesgos por el ITAM.

Recientemente fue reconocido por Focus Economics como uno de los mejores analistas por sus pronósticos inflacionarios. Este reconocimiento que ocurrió este año se dio en un entorno de alta volatilidad y constantes cambios en los mercados.

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José Ramón de la Rosa
Director de estrategia de mercados de Actinver Ramón de la Rosa se incorporó a Actinver hace diez años, donde se ha especializado como analista de mercados. Recientemente, fue reconocido por Focus Economics como uno de los mejores analistas por sus pronósticos inflacionarios. Este reconocimiento en 2025 se dio en un entorno de alta volatilidad y constantes cambios en los mercados. El ejecutivo es licenciado en Economía por el ITESM, con un Máster en Economía y Finanzas por la Escuela Superior de Economía de Barcelona, y un segundo Máster en Administración de Riesgos por el ITAM.