Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 7 segundos
Luisa María González/Prensa Latina
La Habana.- El Vaticano es noticia en 2014 por impulsar transformaciones internas en la gestión económica y bancaria, informaciones contrastantes con las de hace dos años, cuando era blanco de un escándalo de corrupción.
La polémica y secretista economía vaticana vive hechos inéditos en la historia de la Iglesia católica, que por siglos había mantenido a la sombra los manejos de su incalculable riqueza basada, según expertos, principalmente en bienes inmuebles y obras de arte.
Mientras los especialistas señalan los problemas de corrupción y malversación como la causa principal de la dimisión del papa Benedicto XVI, hecho único en los últimos cinco siglos, la llegada del nuevo pontífice, Francisco, ha implicado una transformación radical sin apenas cumplir el primer año frente a la Santa Sede.
Hasta ahora, la economía de la Iglesia católica estuvo rodeada de un grueso velo de secretismos que impedía visibilizar públicamente su gestión sobre un capital considerado entre los más grandes del mundo.
En este sentido, el expresidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas y sacerdote católico Miguel D´Escoto explicó que la curia romana, compuesta por varias instituciones bajo la dirección del Papa, reúne para sí las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales.
Por esa razón, agregó, se trata de la peor burocracia del mundo, afirmó en entrevista con la cadena televisiva Telesur.
Sin embargo, las cosas cambiaron en los últimos meses y ahora el objetivo explícitamente declarado es llevar las finanzas vaticanas a los estándares internacionales, con la transparencia como principio fundamental, afirmó Ernest von Freyberg, nuevo director del Instituto para Obras de Religión (IOR), conocido como Banco del Vaticano.
Entre las acciones con este propósito sobresale la aprobación de una ley sobre transparencia, vigilancia e información financiera, dirigida a mejorar el actual sistema interno de prevención y lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo.
Ernest von Freyberg, director del Banco Vaticano (Prensa IOR)
Se trata de una normativa para detectar cualquier actividad ilegal en el sector financiero, e incluye medidas penales contra quienes ponen en peligro la paz y la seguridad.
Aparejado a la ola de transformaciones promovidas, el mundo conoció las ideas sobre economía del nuevo Papa, el primero de origen latinoamericano (argentino), quien inició su pontificado en marzo de 2013.
Francisco defiende la necesidad de impulsar una reforma del ordenamiento económico mundial con la ética como base fundamental, dirigida a transformar el sistema actual, “injusto desde su raíz” y conducente a “la exclusión y la desigualdad”.
“Una reforma financiera que no ignore la ética requeriría un cambio enérgico de actitud por parte de los dirigentes políticos, a quienes exhorto a afrontar este reto con determinación y visión de futuro. (…) ¡El dinero debe servir y no gobernar!”, aseguró.
Banco del Vaticano atrae noticias
Dentro del proceso de cambios de la economía vaticana, quizás los hechos más mediáticos han sido los vinculados al IOR, institución que por primera vez en su historia publicó en octubre último un balance de funcionamiento.
Nunca antes el público había conocido sobre las finanzas de la Santa Sede, pero ahora salieron a la luz con vistas a garantizar mayor transparencia en las actividades internas, precisó el director del Banco.
De esa forma, agregó, respondemos mejor a las legítimas expectativas de la Iglesia católica, de nuestros clientes, de nuestros bancos correspondientes y del público.
El reporte informó, entre otros asuntos, la congelación de los fondos del monseñor Nunzio Scarano, un excontador de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, procesado por la ley bajo cargos de enriquecimiento ilícito y de transacciones ilegales.
Entre las acusaciones contra el prelado, se destaca que sus cuentas en el IOR sirvieron de “pantalla” para ocultar transferencias monetarias ilegales ascendentes a 20 millones de euros, así como las de lavado de dinero.
En aras de evitar otros casos similares, actualmente el Banco despliega un examen sistemático de archivos de clientes para detectar y aclarar cualquier irregularidad, proceso que ya avanzó en un 55 por ciento y debe concluir a mediados de este año, informó von Freyberg.
Adicionalmente, el propio Francisco instituyó una comisión encargada de proponer reformas en el IOR en busca de una mayor armonización con la misión de la religión católica.
Al respecto, el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, aseguró que se trabaja bajo la premisa de “tolerancia cero” en lo referido a las actividades ilegales.
El Banco “está siguiendo una línea clara de identificación sistemática y de tolerancia cero frente a todas aquellas actividades que sean ilegales o ajenas a los Estatutos del Instituto, las realicen laicos o eclesiásticos”, apuntó.
Contrataciones para estándares internacionales
Mas no sólo el IOR es objeto de análisis, sino que el Vaticano creó, por disposición del Papa, una comisión pontificia dirigida a reestructurar la economía y la administración en general.
El grupo está integrado por expertos en temas legales, económicos, financieros y organizativos, procedentes de varios países como Francia, Alemania, Singapur y Malta.
Su misión, según la oficina de prensa, es proponer reformas para “simplificar y racionalizar las estructuras actuales, y lograr una planificación más cuidadosa de las actividades económicas de todas las administraciones del Vaticano”.
Con respecto a la contabilidad y por sugerencia de esa comisión, la Santa Sede contrató a la consultora de renombre mundial KPMG para diseñar una reorganización capaz de llevar a estándares internacionales los procedimientos contables.
Otras empresas de servicios internacionales, como las auditoras Ernst&Young y Promontory Financial Group también han sido convocadas a realizar revisiones en diferentes instituciones vaticanas.