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El gobierno federal presentó este miércoles “Coatlicue”, la supercomputadora pública mexicana que, con una inversión estimada de 6 mil millones de pesos y un tiempo de construcción de 24 meses, se convertirá en la más poderosa de América Latina. El proyecto, instruido por la presidenta Claudia Sheinbaum, forma parte del Plan México y busca detonar beneficios en ciencia, innovación, industria, servicios públicos y soberanía tecnológica.
Durante la conferencia matutina, José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, explicó que “Coatlicue” operará con alrededor de 14,480 GPUs y una capacidad de 314 PetaFLOPS, lo que equivale a realizar 314 mil billones de operaciones por segundo. Esto representa más de siete veces la capacidad de la supercomputadora más potente que actualmente existe en la región, ubicada en Brasil.
Peña Merino destacó que la magnitud del equipo permitirá resolver en segundos cálculos que hoy tardan semanas o meses, lo que abrirá una nueva etapa para el manejo de datos públicos, la inteligencia artificial y la investigación científica nacional. La supercomputadora se integrará a la red de supercómputo ya existente en universidades y centros públicos, pero fungirá como su nodo principal.
24 meses para construirla y criterios clave para su sede
El proyecto contempla un periodo total de 24 meses, dividido en diseño, permisos, obra civil, logística, instalación, pruebas y puesta en marcha. La ubicación se definirá en enero considerando cuatro criterios: capacidad hídrica, acceso a energía, baja sismicidad y alta conectividad.
Mientras se construye, México ya comenzó operaciones con el Centro Mexicano de Supercómputo en Barcelona, creado la semana pasada en convenio con el Centro de Supercomputación de Barcelona, para acelerar aplicaciones prácticas antes de que “Coatlicue” entre en funcionamiento.
Beneficios estratégicos para México
Los beneficios señalados por el Gobierno abarcan distintos sectores:
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Mejor toma de decisiones públicas mediante análisis masivos de datos en segundos.
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Predicciones climatológicas avanzadas, con mayor precisión y anticipación.
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Planeación agrícola para mejorar cosechas y fortalecer la soberanía alimentaria.
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Procesamiento de imágenes de suelo y subsuelo para agua, petróleo y gas.
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Modelos de eficiencia energética para planificación nacional.
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Procesamiento masivo de datos fiscales y aduanales para combatir corrupción y evasión.
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Impulso a la salud pública con análisis médicos e investigaciones biomédicas.
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Apoyo a startups y emprendedores que requieran cómputo de alto rendimiento.
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Servicios de cálculo a la iniciativa privada, que permitirán un modelo autosustentable.
Rosaura Ruiz, secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, subrayó que “Coatlicue” encabezará la red nacional de supercómputo y representa un salto cualitativo para el país, al coordinar capacidades que antes operaban de manera aislada.
Además, el gobierno informó que el proyecto será operado por ingenieros, científicos y estudiantes mexicanos, quienes recibirán capacitación especializada.
La presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que la supercomputadora colocará al país en una nueva etapa de desarrollo científico y tecnológico:
“Nos va a permitir entrar de lleno al uso de la inteligencia artificial y del procesamiento masivo de datos, lo que será fundamental para el desarrollo del país”.
“Coatlicue” comenzará su construcción el próximo año y se proyecta como una pieza clave para modernizar la gestión pública, fortalecer la investigación nacional y posicionar a México como un actor relevante en supercómputo a nivel global.
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