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La situación de la economía es un hecho que preocupa al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que preside Eduardo Sojo. Como responsable de la medición de los precios –encomienda que le heredó el Banco de México para fortalecer su autonomía– Sojo ha señalado su preocupación en torno a indicadores que develan la grave situación en la que se encuentra la economía nacional y que han impedido la generación de empleos.
Ahora se confirma, según diversas corredurías, que después de los eventos meteorológicos que afectaron a todo el territorio nacional, el escenario más optimista de crecimiento para el Producto Interno Bruto (PIB) sería el de una dinámica de 1 por ciento y con ello se habrían perdido más de 250 mil empleos. Además, el Banco de México a cargo de Agustín Carstens ha externado su preocupación por las amenazas de la inflación derivadas del alza en el precio de productos agrícolas.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), no obstante, sigue sin reconocer la gravedad en la que se encuentra la economía después de que durante el primer semestre del año se incurrió en un profundo subejercicio del gasto público.
Ernesto Cordero y Luis Videgaray
El titular de la SHCP, Luis Videgaray, asegura que han sido factores internacionales los que mantienen en jaque el crecimiento económico; sin embargo, el ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, asevera que Videgaray estaría pecando de optimista como responsable de la conducción de la política económica.
Pero los analistas no dejan a Cordero libre de responsabilidad pues, a pesar de que al menos un año antes se separó de toda vinculación en la SHCP para iniciar su campaña como candidato a la Presidencia de la República por parte del Partido Acción Nacional (PAN), advierten problemas en el diseño del Presupuesto de Egresos para 2013 que habrían representado claros candados para liberar el gasto público en tiempo y forma.
Otro factor que habría contribuido al subejercicio del gasto público (que se calcula en al menos 60 mil millones de pesos, en términos reales) habría sido la inexperiencia de los cuadros con gestiones estratégicas en la Subsecretaría de Egresos. Fue, por cierto, en estas posiciones en donde Felipe Calderón colocó a varios de sus hombres de mayor confianza como Ernesto Cordero y Dionisio Pérez Jácome, quien también lo acompañó en la Secretaría de Energía.
El problema, cuentan quienes conocen de los entretelones de las decisiones en la SHCP, es que un gran porcentaje de los funcionarios estratégicos en la Subsecretaría de Egresos fueron removidos porque formaban parte de los cuadros que trabajaron con los panistas, a pesar de que en esa dependencia se promueve, como en ninguna otra, el llamado servicio profesional de carrera.
Además, como sucede en cada cambio de administración, el ejercicio del gasto público enfrentó un rezago vinculado con el cambio de poderes. Se trata de un ciclo político que históricamente –desde hace más de 30 años– se ha repetido cada seis años y que los gobiernos priistas habían compensado con la aceleración del gasto público.
Ahora se conjuntaron varios factores negativos: 1) En efecto, la caída en las exportaciones manufactureras, por problemas en el consumo de la economía estadunidense; 2) El subejercicio crónico del gasto que se extendió hasta los límites del segundo trimestre del año; 3) La inexperiencia de los funcionarios en la Subsecretaría de Egresos (que llegaron directamente del Estado de México); y, por supuesto, el manejo político que se dio a la liberación de estos recursos públicos y que generó quejas no sólo de proveedores y contratistas del gobierno federal sino que alertó a partidos de oposición.
Finalmente, los eventos meteorológicos que azotaron al país se convirtieron en el ingrediente fatal de una economía que vio pasar 2013 sin las esperadas reformas como la del sector de la energía que prometerían, según analistas, un crecimiento adicional del PIB de 1 por ciento, casi el mismo porcentaje que se perdió este año.
Agustín Carstens y Eduardo Sojo
La dinámica comenzó a caer en 2012
El director general de la consultoría Asesoría y Estrategia Económica, Óscar Vera, asegura que desde el primer semestre del año pasado la economía ya exhibía problemas de desaceleración y, al final del periodo, la dinámica fue de sólo 3.9 por ciento.
Además, en el último año del gobierno de Felipe Calderón se generó un gran contraste entre el primer y segundo semestre. La razón de este comportamiento fue la fuerte desaceleración que presentó la economía de Estados Unidos durante el último trimestre del año y generó que al final del año su crecimiento sólo fuera de 0.1 por ciento. México, mientras tanto, vivía el inicio del ciclo político que determina un menor crecimiento de la economía.
Para Vera, no obstante, el factor que resultó preocupante fue la fuerte caída en términos reales del gasto público; lo que generó un claro subejercicio que incluyó gasto programable y partidas dedicadas a la inversión.
Hasta julio pasado, sin embargo, los reportes de la SHCP indicaban que el gasto se ejercía de acuerdo con el programa de las autoridades financieras. Fue hasta el tercer trimestre, cuando la caída del crecimiento provocó que se reconociera entre muchos círculos empresariales y de analistas el problema de subejercicio del gasto corriente. Entonces, reflexiona Vera: “No tenía por qué haber subejercicio si no se reportaba una caída contundente en el gasto”.
Lo interesante, agrega, es que el subejercicio se presentó en todas las dependencias. Ahora, el gobierno federal tiene la posibilidad de reanudar el gasto público no sólo a partir de la emergencia ambiental sino como resultado de ese subejercicio.
Otro elemento que afectó a la economía, añade el economista, fue definitivamente el cambio de reglas en el sector de la vivienda. Al parecer, dice Vera, en el gobierno federal al impulsar el cambio de reglas en la vivienda no se consideró en su justa dimensión el impacto real sobre la economía que tendría esta transformación.
“Creo que no consideraron el impacto que podría tener en la economía el retraso y reordenar el gasto”, señala Óscar Vera.
Ahora, pronostica el experto, a la economía mexicana le tomará más tiempo recuperar el crecimiento perdido.
(La información completa fue publicada en el número 123 de Fortuna)