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Expertos aseveran que si bien en el mercado hay un anclaje de las expectativas de inflación, el banco central tendrá poco margen para continuar recortando las tasas de interés en medio de nuevos gravámenes, la carga regular del IEPS, incrementos al salario mínimo y repercusión por aranceles. En la decisión de política de mañana, se anticipa nuevamente división dentro de la Junta de Gobierno.
Las proyecciones de inflación al consumidor acusan presiones alcistas en la primera parte del 2026, lo que dificultará al banco central prolongar su ciclo de recortes en las tasas de interés que aceleró este año. También complicará alcanzar el objetivo de llegar a la inflación objetivo de 3.0% en el tercer trimestre.
Las tensiones ya se reflejan en esta parte del año, una vez que concluyeron los subsidios de la energía eléctrica por la temporada de verano, iniciarán las promociones del Buen Fin, comenzarán las compras de fin de año, y cuando es probable que precios más volátiles, como los de las frutas y verduras que permanecieron contenidos en las últimas quincenas, puedan rebotar.
Monserrat Aldave, economista principal de Finamex Casa de Bolsa, señaló el miércoles en el programa A la Apertura de Revista Fortuna que los escenarios en materia de precios volverían a dividir a la Junta de Gobierno en su votación de mañana, con la postura disidente del subgobernador Jonathan Heath.
El mercado, sin embargo, anticipa que Banxico decida por mayoría un recorte de 25 puntos base (pb) en la tasa, de 7.50 a 7.25%, y otro de la misma magnitud en diciembre, para concluir este año en niveles de 7.0%.
“Esta decisión además es muy relevante porque va a marcar la primera vez desde el 2022 en que la postura de política monetaria entra al terreno neutral”, anotó Aldave. Aunque es difícil de estimar, la tasa neutral es el nivel que no alienta ni el gasto, ni la inversión, y tampoco restringe la actividad económica para aliviar las presiones sobre los precios.
Anclaje
La lectura de las minutas de la reunión de política más reciente sugiere que los miembros de la Junta están descartando presiones que estructuralmente eleven mucho más el nivel de tasas a corto plazo. En consecuencia, las expectativas del mercado en términos de inflación están ancladas; “creo que para esta decisión y la siguiente, eso va a ser una variable clave”, resaltó Aldave.
La analista dio a conocer que el estimado de inflación de Finamex para 2025 es ahora de 3.80%, lo que resulta inferior al publicado en el sondeo de expectativas de Citi México de hace dos semanas, de 4.24%.
En una nota especial sobre política monetaria y la necesidad de pausar los recortes en los primeros meses de 2026, el Banco Nacional de México (Banamex) dijo esta semana que ajustó también a la baja su pronóstico de inflación para este año, de 4.0% a 3.9%.
Su acción respondió a un pronóstico de una inflación subyacente estable, así como a incrementos más graduales de lo anticipado en el componente no subyacente, aquel que mide precios más volátiles relacionados con la Energía y la Agricultura. El índice subyacente es conocido como medular o clave puesto que mide la trayectoria de los precios de mercancías y servicios a más largo plazo.
Tensión
El derrotero sobre la inflación al consumidor puede empezar a alterarse el siguiente año ante nuevos gravámenes, la carga regular del IEPS, incrementos al salario mínimo de dos dígitos -en alrededor de 12%- y la repercusión de aranceles impuestos a los productos con los que México no tienen un acuerdo comercial, como los provenientes de China, otros países de Asia, o Brasil.
El Paquete Fiscal de 2026 incluye medidas recaudatorias como el aumento de impuestos “saludables” con el cobro del IEPS a cigarros y bebidas con edulcorantes. Banamex estima que los efectos de impuestos y aranceles añadirán 44 pb a la inflación al consumidor.
Si bien la tensión en los precios no sería generalizada, y sus efectos serían de una sola vez, “consideramos que Banxico (debería) pausar en el 1T26”.
“Es necesario analizar los efectos observados en precios de las presiones emergentes, descartar posibles efectos de segundo orden, y verificar que las expectativas de inflación de mediano plazo permanecen estables”, alertó.








