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Masiel Fernández Bolaños/Prensa Latina
El predominio de datos menos favorables del comportamiento de la economía estadunidense durante el tercer trimestre del año reaviva el temor de los consumidores, según expertos.
El periodo julio-septiembre comenzó con cifras poco halagüeñas, aunque con relativa mixtura. Sin embargo, los analistas llamaron la atención sobre los datos más recientes del cierre del trimestre.
Los sectores de servicio, manufactura y vivienda, este último uno de los más golpeados desde el inicio de la crisis en 2008, estuvieron entre los mayormente dañados.
Nuevamente el tema laboral, considerado la principal preocupación para los estadunidenses, medió cada uno de esos apartados.
Mercado inmobiliario
La disminución en agosto de los contratos para comprar casas usadas en Estados Unidos evidenció el retroceso del mercado inmobiliario.
La Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios detalló que el indicador perdió 1.6 por ciento, con lo cual acumuló la tercera baja mensual consecutiva.
El retroceso indica que el incremento de las tasas hipotecarias resta impulso a la recuperación de ese sector en el país, subrayó.
Las tasas oscilan cerca de máximos niveles en dos años y una reducción de la demanda por viviendas usadas saca del mercado a potenciales compradores.
Entretanto, los inversores siguen atentos a las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) en torno al futuro de la política monetaria.
Expertos opinan que el respaldo de dicha institución ha resultado un factor importante en aras de fortalecer los precios de las viviendas tras un desplome de sus valores durante la recesión.
Por ello, muchos especialistas están preocupados de que un retiro del programa de compra de bonos en estos momentos pueda obstaculizar la incipiente recuperación de dicha área.
La explosión de la llamada burbuja inmobiliaria en Estados Unidos provocó en 2008 una de las crisis económicas más fuertes de las últimas décadas.
Servicios y manufacturas
El retroceso de la demanda hizo de las suyas en los servicios y las manufacturas, ambos componentes esenciales por su aporte al Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos.
La caída de los nuevos pedidos y de las contrataciones perjudicó en septiembre al sector de servicios, mostró un informe del Instituto de Gerencia y Abastecimiento.
El indicador descendió a 54.4 puntos desde los 58.6 de agosto, con lo cual incumplió los pronósticos de los analistas.
Este informe detalló que los nuevos pedidos disminuyeron a 59.6 puntos, al tiempo que la actividad empresarial y el empleo también se comportaron a la baja.
Asimismo, la actividad manufacturera se desaceleró en el noveno mes del año, lo cual evidenció un retroceso en la demanda y en la creación de empleos.
Acorde con una pesquisa de la firma de servicios de información financiera Markit, el indicador cayó a 52.8 puntos desde los 53.1 precedentes, al anotar su menor ritmo en tres meses.
El estudio arrojó que la tasa de crecimiento de la producción fue la más veloz desde marzo, pero la disminución de la demanda desde el exterior desaceleró la tasa general de nuevos pedidos.
La medición de empleo dentro del sector también registró repliegues y mostró la reducción de plazas posible para impulsar la productividad.
Según Markit, la creación de empleos bien podría estancarse, a menos que la demanda se acelere nuevamente.
Mercado laboral
En los últimos tres meses, hasta septiembre, el mercado laboral siguió centrando la atención de los estadunidenses por resultar determinante para sus bolsillos.
El sector privado creó en el noveno mes del año menos puestos de lo esperado, pues los empleadores generaron 166 mil lugares, al tiempo que la cantidad de plazas de agosto fue revisada a la baja, según un informe de la firma ADP.
Estrategas de mercado recalcaron que la paralización parcial del gobierno tendrá un impacto negativo sobre la economía, al extender la necesidad de estímulo adicional y podrá limitar la emisión de otros datos laborales.
El gobierno de Estados Unidos cerró parcialmente el 1 de octubre después que las dos cámaras del Congreso no lograron acordar un nuevo presupuesto.
Un sondeo gubernamental mostró que la tasa de cesantía bajó en agosto a un nivel mínimo en cuatro años y medio, pues las personas dejaron de buscar trabajo.
El indicador disminuyó a 7.3 por ciento, la menor lectura desde diciembre de 2008.
Algunos analistas opinaron que el problema básico en cuanto a esas cifras radica en la desconfianza de las personas ya que muchas abandonaron la búsqueda de ocupación.
Lo cierto es que los datos divulgados pueden provocar preocupación sobre el comportamiento de la economía de Estados Unidos durante el resto del año y alimentar especulaciones de que la Fed no comenzará a reducir su programa de estímulos antes de fines de 2013.
Acorde con expertos, las medidas de austeridad de Washington y una demanda global más débil pesaron en los números en la primera mitad del año y los mayores impuestos aplicados, en aras de reducir el déficit presupuestario, restringieron las compras de las personas.
Dicha situación resulta preocupante en un país donde el gasto de los consumidores representa el 70 por ciento del PIB.