Sheinbaum y FCE buscan frenar destrucción de libros usada para reducir impuestos

En la conferencia de prensa de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum y Paco Ignacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica (FCE), abordaron un problema que ha persistido durante años en México: la destrucción de libros por parte de editoriales para disminuir su carga fiscal.

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En la conferencia de prensa de este jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum y Paco Ignacio Taibo II, director general del Fondo de Cultura Económica (FCE), abordaron un problema que ha persistido durante años en México: la destrucción de libros por parte de editoriales para disminuir su carga fiscal.

“Las editoriales destruyen libros para reducir impuestos, diciendo: ‘Tengo 12 millones de libros que no vendo, los destruyo y así disminuyo el valor de mi inventario’”, explicó Taibo II. 

Ante esto, el Gobierno federal busca un mecanismo para que esos ejemplares puedan ser donados en lugar de destruidos, obteniendo el mismo beneficio fiscal sin eliminar las obras.

En la iniciativa, el SAT plantea que los contribuyentes dedicados a la venta de libros, antes de destruir ejemplares deteriorados o sin valor comercial, deban ofrecerlos en donación a instituciones públicas, educativas o culturales. De esta manera, los materiales literarios, científicos o artísticos tendrían una segunda vida en beneficio de la sociedad.

Actualmente, la deducción de materiales sin valor o deteriorados está autorizada mediante la destrucción de mercancías, pero limitada a bienes básicos para la subsistencia humana, como alimentación, vestido, vivienda o salud, según el artículo 27, fracción XX de la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR). La propuesta del SAT amplía esta medida para incluir libros y otros materiales culturales, incentivando su donación antes de la destrucción.

Taibo II señaló que no todos los libros son aptos para donación: 

“El riesgo es que nos donen literatura chatarra, como información médica falsa o contenidos inapropiados. Necesitamos un mecanismo de recepción, filtrado y redistribución, para que los libros lleguen a bibliotecas, centros comunitarios y penitenciarios donde realmente sean útiles”.

Sheinbaum destacó la importancia de este sistema: 

“No basta con que no se destruyan libros. Debemos asegurarnos de que tengan un destino útil y contribuyan a la cultura y educación de la población”.

 

 

 

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