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En lugar de que tus proyectos se vuelvan un simple semáforo de control, el Modelo de Priorización se convierte en un verdadero copiloto que te ayuda a organizar, dar estructura, y tener claridad desde que la idea se gesta, hasta que se convierte en un proyecto.
Decidir qué hacer primero… sin perder la cabeza
Tomar decisiones importantes en una empresa rara vez es tan sencillo como decir sí o no.
Normalmente, hay muchísimos proyectos y procesos andando al mismo tiempo, todos con su propia urgencia y promesas de valor. La gran pregunta es: ¿por dónde empezar?
Aquí es donde un buen modelo de priorización se vuelve el mejor aliado. Se trata, básicamente, de tener una herramienta que te ayude a poner en orden todas las iniciativas, analizando qué tanto impactan a la estrategia en sus diferentes dimensiones. Entre ellas, en lo operativo, financiero, tecnológico, y que además busquen satisfacer las necesidades de las personas.
De esta manera, en lugar de que tus proyectos se vuelvan un simple semáforo de control, el modelo de priorización se convierte en un verdadero copiloto: te ayuda a organizar, dar estructura y tener claridad desde que nace una idea hasta que se convierte en proyecto.
Priorizar, clave de las empresas competitivas
Este tipo de modelos es útil porque evita que las decisiones se tomen solo por la presión del momento o porque cierta área lo pidió “con urgencia”. Permite ordenar la lista de proyectos a ejecutar con criterios claros y objetivos, que todos pueden entender y compartir.
¿Qué ventajas tiene esto? Entre las más importantes están: ahorrar al elegir solo lo que realmente suma, alinear todo al objetivo central de la organización, aprovechar lo que ya funciona, coordinar mejor entre equipos y tomar en cuenta tanto beneficios medibles como los que no son tan tangibles.
En bancos grandes, por ejemplo, un punto clave es que este modelo se revisa y ajusta cada año. Así, si la estrategia general del grupo cambia, la lista de proyectos también se revisa para que siempre estén alineados.
Además, reunir a personas de distintas áreas en sesiones de trabajo resulta esencial para definir quién hace qué, y los cómo se pasan la estafeta, lo cual ayuda a tener una visión mucho más completa del panorama planteado.
Que el modelo acompañe a los equipos desde la idea, hasta el cierre del proyecto, hace que todo sea más ordenado, que no haya proyectos duplicados y que los esfuerzos estén encaminados hacia una meta específica.
Un modelo de priorización bien aplicado puede ser el motor que impulsa la eficiencia dentro de la empresa.