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México puede aumentar la intermediación bancaria y una de las áreas de oportunidad para fomentar el crédito son las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), afirmó Fernando Aportela Rodríguez, subsecretario de Hacienda y Crédito Público.
Durante su participación en los trabajos de la 76 Convención Bancaria, el funcionario dijo que estas empresas generan el 74 por ciento del empleo y sólo reciben el 15 por ciento del total de créditos otorgados por el sistema financiero.
Los préstamos de la banca en México, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) ascienden a 26 por ciento, mientras que en otros países de Latinoamérica el promedio es alrededor del 50 por ciento, subrayó Aportela.
Dijo que el incremento en la intermediación es un fenómeno que ya ha ocurrido en México. “Durante el desarrollo estabilizador se observaron niveles de intermediación por encima del promedio de los países de Latinoamérica e incluso se ubicó a México en los primeros lugares de intermediación”.
Refirió que la Encuesta Nacional de Competitividad, Fuentes de Financiamiento y Uso de Servicios Financieros de las Empresas, elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo y por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, indica que seis de cada 10 pequeñas y medianas empresas tienen acceso al financiamiento sólo a través de sus proveedores, con recursos internos, o amigos o familiares.
Al fomentar créditos focalizados para este grupo de empresas, el sector financiero contribuirá de manera significa a fomentar el empleo y a propiciar el desarrollo, aseveró.
La solidez de la banca demuestra que las instituciones financieras mexicanas representan un terreno adecuado para generar, de forma sana, una mayor intermediación.
Destacó que México fue uno de los primeros países que adoptaron las nuevas reglas internacionales de supervisión y regulación bancaria de Basilea III. El promedio del índice de capitalización total de la banca en el país en febrero de 2013 se ubicó en 16.5 por ciento, superior al mínimo establecido por Basilea III de 10.5 por ciento.
Sólo países como Austria, Turquía, Alemania y Dinamarca tienen niveles de capitalización iguales o superiores a los observados en México. Estas condiciones sin duda hacen que la oportunidad sea realizable.
Aportela aseguró que la banca de desarrollo se encuentra también bien capitalizada y observa bajos índices de morosidad, por lo que es también factible que amplíe el crédito, con especial énfasis en áreas prioritarias para el desarrollo nacional, como lo son la infraestructura y también las pequeñas y las medianas empresas.
Dijo que para impulsar el crédito, el gobierno impulsa la iniciativa de reforma financiera, que tendrá dos elementos principales: se cambiará el marco legal para que la banca comercial y las instituciones de crédito presten más y más barato, incluyendo una revisión de la ejecución de garantías y respetando los derechos de todos los acreditados actuales.
Y, como segundo elemento principal, se fortalecerá la banca de desarrollo para ampliar el crédito, flexibilizando su mandato y emprendiendo acciones que fortalezcan su actuar y se promueva la inclusión financiera.
Indicó que esta reforma tendrá también dos premisas fundamentales: la primera es la de fomentar mayor competencia para que esas mejores condiciones que generará el nuevo marco jurídico para el sector financiero, signifique, más crédito y más barato.
La segunda premisa es mantener la solidez y la prudencia financiera que México ha alcanzado a lo largo ya de varios lustros. Es decir, la expansión del crédito que se busca con esta reforma debe darse en un contexto que mantenga la estabilidad alcanzada y permita que el desarrollo sea sostenido y de largo alcance.
La iniciativa financiera integra medidas para dar respuesta a la creciente necesidad de fomentar la inclusión financiera, de democratizar el crédito y de ofrecer mayores opciones de financiamiento que promuevan la productividad y la competitividad de las empresas en el país, señaló el subsecretario de Hacienda.
Dijo que para este año se tiene una proyección de crecimiento económico de 3.5 por ciento, y mediante la realización de las reformas estructurales emprendidas por el gobierno federal se espera llegar a crecimientos anuales superiores al 5 por ciento.