Seguro educativo en México: cómo funciona y por qué es clave para garantizar la educación superior

Seguro educativo en México: cómo funciona y por qué es clave para garantizar la educación superior

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Con el inicio del ciclo escolar, millones de familias mexicanas enfrentan gastos crecientes en educación. Desde útiles y uniformes hasta colegiaturas y cuotas escolares, la inversión económica puede ser considerable, sobre todo para quienes cursan estudios de nivel medio superior, universitario o posgrado, incluso fuera del país.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2023 había más de 33 millones de estudiantes en México. Sin embargo, datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) muestran que de cada 100 niños que inician primaria, solo 27 logran obtener un título universitario, y apenas 1 completa una carrera técnica.

Además, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2024 indica que la educación representa el 10% del gasto promedio de las familias mexicanas, equivalente a más de 4 mil pesos trimestrales por hogar.

En este contexto, los seguros educativos han ganado relevancia como instrumento de ahorro y previsión financiera; GNP Seguros reportó que, durante 2024, pagó más de 1,700 millones de pesos por pólizas educativas que concluyeron su plazo de ahorro.

Este tipo de seguro combina protección de vida con un componente de ahorro, lo que permite garantizar recursos para cubrir gastos educativos o proyectos profesionales de hijos, sobrinos o nietos.

El Seguro Profesional GNP, uno de los productos más contratados del ramo de Vida Individual, permite definir una suma asegurada en caso de fallecimiento del contratante y establecer un plan de ahorro que puede cubrir desde educación básica hasta universitaria o proyectos de emprendimiento.

Los pagos pueden hacerse anualmente hasta completar el plazo, o de manera anticipada a 1, 5 o 10 años. El plazo de ahorro más común es de 18 años, en línea con la duración típica hasta que los jóvenes alcanzan la educación superior.

Las coberturas básicas incluyen el pago del ahorro al final del plazo, la suma asegurada en caso de fallecimiento, anticipos para gastos funerarios o enfermedad terminal, y protección ante invalidez.

Además, existen coberturas opcionales para fallecimiento accidental, enfermedades específicas de la mujer y vidas conjuntas.

En México, el costo aproximado de estudiar una carrera universitaria privada oscila entre 88 mil y 1.7 millones de pesos, según el estado, institución y plan de estudios.

Ante esta realidad, contar con un mecanismo de ahorro a largo plazo puede facilitar que los jóvenes continúen sus estudios sin depender exclusivamente de los ingresos actuales de la familia.

El incremento de los costos educativos y la baja tasa de culminación de estudios superiores muestran la importancia de herramientas financieras que permitan planificar con anticipación y garantizar el acceso a la educación, un factor clave para el desarrollo profesional y personal de las nuevas generaciones.

 

 

 

 

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