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Actualmente, el uso de un kit para uñas de gel se ha convertido en una opción conveniente y práctica para las mujeres a las que no les sobra tiempo para ir a un salón o estudio, pero desean que sus manos sigan viéndose tan bien como siempre.
Aunque el proceso es sencillo, en un inicio pueden llegar a presentarse algunos inconvenientes cuya solución se limita, simplemente, a mejorar algunos aspectos de la técnica. Para saber cómo impedir que las burbujas y los levantamientos continúen afectando el trabajo que haces en tus uñas, te invitamos a que continúes leyendo los consejos que preparamos para ti.
Prepara bien la superficie de la uña
Para adherirse de manera estable, el gel debe aplicarse sobre una base limpia, ya que cualquier pequeño rastro de grasa natural o residuos de productos anteriores puede obstaculizar que el esmalte se fije. ¿Cuál es el procedimiento que tú sigues? ¿Sí tienes uno? Ahora te indicaremos uno para que lo repliques en casa:
- Quita el color sobrante con un removedor, seguido de un limpiador para uñas que elimine polvo y aceites.
- Empuja la cutícula hacia atrás, teniendo cuidado de no cortarla en exceso para evitar que el gel toque la piel viva.
- Matiza con una lima de grano fino (180 o 240) a través de movimientos suaves, cubriendo desde la base hasta los bordes laterales. El objetivo es retirar el brillo natural de toda la superficie y generar una textura ligera que favorezca el anclaje de la capa base.
- Si tienes uñas con tendencia grasa, colócate un deshidratador o primer que funcione como barrera extra contra el desprendimiento.
Si recién estás explorando el tipo de set que te conviene o te gustaría saber qué otras opciones se encuentran disponibles en el mercado, te resultará útil conocer cada kit para hacer uñas de gel de Crême.
Esta marca que se ha encargado de crear soluciones completas para principiantes y profesionales con elementos básicos como esmaltes, base coat, top coat, lámpara LED/UV, limas, e incluso, un aceite para cutículas y empujador para las mismas, herramientas indispensables cuando de preparar la uña se trata, así como un instructivo paso a paso.
Distribuye la capa base usando la cantidad justa
Debido a que la base actúa como enlace entre la uña preparada y el gel de color, es importante que cubra toda la superficie en una capa delgada y uniforme. Para lograrlo, carga el pincel con una cantidad mínima y retira el exceso en el borde del frasco.
A continuación, pasarás a extender el producto, asegurándote de que este no se acumule en la cutícula ni se desborde hacia los laterales. Finaliza sellando el borde libre para crear una barrera contra la humedad y mejorar la durabilidad del trabajo.
Controla el proceso de curado bajo lámpara
Para que el gel se endurezca por completo y no quede blando en el interior, debes seguir el tiempo recomendado por el fabricante; además, tu mano tiene que quedar de forma plana con los dedos un poco separados. En aplicaciones con capas finas, un curado estándar es suficiente; en diseños más elaborados, puede ser necesario un ciclo extra.
Si bien un modelo LED de 48W o superior cubre la mayoría de geles actuales (siempre que las bombillas estén en buen estado), considera invertir en un kit que incluya una lámpara LED/UV, ya estas se destacan por optimizar los tiempos de secado y garantizar un acabado más resistente, libre de imperfecciones.
Regula la textura del gel
La viscosidad del gel varía según la temperatura del entorno, y dicho factor influye en la facilidad de aplicación: mientras un producto demasiado fluido tiende a expandirse, uno espeso puede dejar trazos marcados.
Procura trabajar en un ambiente templado de entre 20 y 24 °C; en casos en los que la consistencia del material sea muy densa, caliéntalo frotando el envase entre las manos o colocándolo unos minutos cerca de la lámpara apagada. En cambio, si se ha vuelto demasiado líquido por el calor, déjalo reposar unos minutos en un lugar fresco antes de continuar.
Sella el diseño y cuida la manicura
Este paso es el encargado de proteger el color y el diseño, e igualmente, de fortalecer el resultado frente a impactos y desgaste. Basta con que coloques una capa de top coat que vaya desde la base, hasta el borde que sobresale del dedo y no está unido a la piel, de tal modo que quede perfectamente encapsulado.
Si el top coat que usas deja una película pegajosa después del curado, retírala con una toallita sin pelusa humedecida en cleanser o alcohol isopropílico hasta que la superficie quede lisa y brillante. Enseguida, aplica aceite nutritivo en la cutícula para mantener la zona hidratada.
En los días posteriores, no expongas las uñas a agua caliente por mucho tiempo o a químicos de limpieza sin guantes. Un mantenimiento básico prolongará una apariencia impecable por varias semanas.
Dedica tiempo a afinar estos pasos para que tengas un mayor control sobre el proceso y, poco a poco, los resultados finales te harán sentir 100% satisfecha.