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La semana pasada, el Banco de Japón no decepcionó a los mercados, prometiendo aumentar drásticamente su hoja de balance por medio de una relajación cuantitativa en los próximos dos años; ahora que parece que los rendimientos de los bonos japoneses a largo plazo permanecerán bajos –y el yen débil– en las siguientes semanas, los ahorradores de ese país se podrían aventurar con un renovado interés hacia activos en el extranjero, indica un análisis de BofA Merrill Lynch Global Research.
Claudio Irigoyen, estratega de Renta Fija para América Latina del banco estadounidense, señala que el alto crecimiento y las tasas de interés ofrecidas por los mercados emergentes pueden atraer una porción significativa de estos ahorros. Dentro de América Latina, Brasil y México deberían beneficiarse dado el tamaño de su mercado interno de bonos y divisas.
La relajación de Japón empujando los ahorros hacia mercados globales
El banco central japonés sorprendió a los mercados con el tamaño del paquete de estimulación anunciado, que intenta estimular el crecimiento y terminar con años de caída en los precios, en los dos días siguientes al anuncio, el yen se debilitó 5% (22% desde noviembre) y los puntos de equilibrio inflacionarios a 5 años aumentaron 7 puntos base (65 puntos base desde noviembre).
Bajo la nueva política de relajación cuantitativa, la hoja de balance del Banco de Japón está destinada a casi duplicarse, de 158 trillones de yenes en 2012 a 290 trillones para 2014. Esto equivale aproximadamente a 1.4 trillones de dólares –al tipo de cambio actual– de dinero recién impreso saliendo al mercado en los siguientes dos años, de acuerdo con las estimaciones de Irigoyen.
Los inversionistas japoneses son conocidos por ser muy conservadores. A lo largo de décadas, han comprado bonos del gobierno de Japón a pesar de las bajas tasas de interés; pero ahora que la administración de Shinzo Abe está determinada a mantener los rendimientos de bonos a largo plazo al precio más bajo posible por el tiempo que se necesite, los inversionistas locales podrían aventurarse hacia activos en el extranjero, buscando mayores retornos.
El hecho de que el yen muy probablemente siga depreciándose debido a las políticas del Banco de Japón, podría acelerar el cambio en las asignaciones de cartera, considera Irigoyen.
Las consecuencias para los mercados de bonos latinoamericanos
¿Qué tan grandes son las cantidades involucradas? Potencialmente, enormes. El total de activos financieros en Japón está estimado en 1,500 trillones de yenes (16.8 trillones de dólares), de los cuales un poco más de la mitad está en equivalentes de efectivo/depósitos, indica el especialista.
Estamos interesados en los Toshin y los Uridashi, que son fondos de inversión abiertos a activos extranjeros. Los Toshin son fondos, por lo general, con una superposición en el tipo de cambio: el fondo invierte en activos en dólares o euros y luego añade una superposición de divisa, normalmente hecho por medio de futuros no entregables en monedas como el real brasileño (BRL), para incrementar el retorno de las inversiones subyacentes. Los Uridashi son bonos en monedas extranjeras emitidos a los japoneses por instituciones supranacionales.
Los Toshin representan la mayoría de las inversión japonesa minorista en el extranjero. Pero la cantidad de dinero actualmente invertida por medio de estos vehículos –cercana a 270 billones de dólares– está aún por debajo de máximos anteriores de más de 300 billones, insiste Irigoyen.
Desde su punto de vista, dentro de América Latina, Brasil y México parecen estar en posición de capturar una proporción considerable de capital adicional; ambos tienen grandes y líquidos mercados de bonos internos.
El mercado del gobierno de México vale 265 billones de dólares, de los cuales casi la mitad corresponde a los Mbonos; el de Brasil es aún mayor, con un valor de 943 billones de dólares a pesar de que los bonos inflacionarios representan la proporción más grande y los flujos que ingresan tienen un impuesto sobre operaciones financieras (IOF) de 6%.
Debido a sus históricas altas tasas de interés, el real brasileño era la divisa más común para los fondos de Toshin, alcanzando 35 billones de dólares en 2010. Pero los recortes a las tasas, la intervención en la moneda y los controles más estrictos para el capital desde 2011, ahuyentaron a los inversionistas japoneses, reduciendo la exposición del real brasileño (BRL) a 23 billones actuales.
La exposición hacia el peso mexicano (MXN) ha sido históricamente más baja. Pero gracias al momento económico, la asignación de fondos Toshin al peso mexicano (MXN) se ha poco más que duplicado a 2.7 billones de dólares, desde 1.2 billones de junio del año pasado.
Brasil podría recuperar su status de altos rendimientos
La participación extranjera en la deuda soberana de Brasil ha ido aumentado sostenidamente, desde 9% en 2010 a 14% en 2013. Con el sector político declarando que incrementarán las tasas de interés en caso de ser necesario, con el fin de controlar las presiones inflacionarias, los inversionistas japoneses podrían considerar a Brasil una vez más como un destino atractivo. Una reducción del impuesto sobre las operaciones financieras (IOF) podría también ayudar en gran medida.
Tomando en cuenta que los fondos Toshin dejaron 12 billones de dólares en Brasil en los últimos dos años, y que el Banco de Japón casi duplicaría su hoja de balanza en los próximos dos años, Brasil bien podría recibir nuevos flujos de fondos Toshin japoneses de alrededor de 24 billones. Esto representa 2.5% de toda la deuda soberana de Brasil.
También ayudaría a la moneda, ahora que el banco central ha dejado de presionar para que se deprecie (todavía interviene en los mercados de divisas pero para limitar la volatilidad, pero no para debilitarla).
Los flujos potenciales podrían presionar a una apreciación del real brasileño (BRL), pero el gobierno no dejaría que le moneda estuviera por debajo de 1.90. Bajo estas condiciones de presiones de apreciación, un recorte en el IOF para los flujos hacia renta fija sigue siendo poco probable.
México podría beneficiarse de las reformas
México podría ser uno de los grandes ganadores de la avalancha de ahorros japoneses, ya que tiene muchas características que podrían gustar a los ahorradores. Primero, las expectativas de crecimiento para los próximos años son altas, gracias a los bajos costos laborales, una población creciente y una serie de reformas estructurales, patrocinadas por la nueva administración, que impulsarían la productividad. Sus vínculos comerciales con Estados Unidos también son un plus.
Segundo, el mercado de bonos del gobierno mexicano tiene una alta liquidez relativa comparado con otros mercados emergentes. Y tercero, virtualmente no hay restricciones ni tampoco impuestos a los extranjeros, indica el analista.
Estima que la actual exposición de los fondos de Toshin hacia México sea de alrededor de 2.7 billones de dólares y que incremente a una tasa de 100% por año. Dado el bajo nivel de partida, no es inconcebible que los fondos sigan entrando a este mismo nivel por los próximos dos años. Esto implicaría casi 8 billones para finales de 2014, cercanos a 14% del total de inversiones de cartera en 2012.