
Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 34 segundos
En línea con el comunicado de política del mes pasado, los funcionarios señalaron que la Junta de Gobierno valorará recortes adicionales a la tasa de referencia bajo el compromiso de su mandato prioritario de llevar la inflación a niveles de 3.0% en el horizonte
Las actas de la reunión de política monetaria del mes pasado, divulgadas el jueves, reflejaron divisiones al interior de la Junta de Gobierno, pero sostuvieron el tono restrictivo. Añadieron que se valoran recortes adicionales a la tasa de interés bajo el compromiso de su mandato prioritario de llevar la inflación al objetivo de 3.0% en el horizonte.
Las minutas indicaron que la desaceleración de la economía mexicana hace que persisten las condiciones de holgura durante el horizonte de pronóstico, donde la brecha del producto se ha ampliado en terreno negativo. Uno de los funcionarios manifestó que para 2025 se anticipa un estancamiento, o incluso una ligera contracción de la actividad.
En abril, la tasa anual del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) ajustada por estacionalidad, clave para entender la trayectoria del PIB, de 0.5%, representó su mayor crecimiento de los últimos 8 meses, ubicando por arriba del promedio del primer trimestre. Tomando en cuenta el periodo de enero a abril, no obstante, el crecimiento fue notablemente inferior respecto a igual lapso de 2024.
Algunos miembros de la Junta coincidieron que entre los principales riesgos del desempeño de la actividad económica destaca la mayor intensidad “del ambiente de incertidumbre global derivado de la persistencia en las tensiones comerciales”, y un escalamiento de los conflictos geopolíticos.
El entorno de elevada incertidumbre también pudiera estar influyendo en la moderación del gasto interno. La mayoría de los funcionarios indicó que en el interior del consumo se observó una desaceleración en el de bienes, particularmente en bienes no duraderos, mientras que todos los funcionarios notaron que persistió la tendencia a la baja de la inversión fija bruta. Uno de ellos resaltó que su contracción del primer trimestre es la mayor registrada en el periodo postpandemia.
Algunos destacaron las señales de enfriamiento del mercado laboral, mientras que la mayoría destacó que la población ocupada siguió moderándose hasta la decisión del mes pasado. Especificaron que la masa salarial sigue desacelerándose debido a revisiones salariales más acotadas, y por un menor dinamismo en la creación de empleo.
Uno anotó que la creación de los puestos de trabajo afiliados al IMSS durante mayo fue la más baja desde enero del 2010.
Vigilar la inflación
La mayoría de los miembros de la Junta destacó que la inflación general pasó de 3.93% a 4.51% entre abril y la primera quincena de junio, lo que reflejó aumentos del componente subyacente, que mide la tendencia de los precios en el más largo plazo, por lo que se conoce como medular, y el no subyacente, que contabiliza precios más volátiles asociados a la agricultura y la energía.
En enero la inflación general reportó mínimos de 4 años, pero el indicador ha venido mostrando desde entonces una trayectoria al alza, con tres quincenas consecutivas por encima del rango de variabilidad del Banxico. La inflación medular, por su parte, acumula 6 meses en aumento, y desde los mínimos alcanzados en noviembre del 2024.
Uno de los miembros de la Junta señaló que el incremento en la inflación subyacente o medular es generalizado y que no se concentra en unos cuantos productos.
Fragmentados
Uno de los responsables de la conducción de la política consideró que ante la evolución del panorama inflacionario y el deterioro del balance de riesgos, es necesario “actuar con prudencia y pausar las reducciones en la tasa de referencia”.
El banco central mexicano ha ajustado la tasa de interés en 325 puntos base desde marzo del año pasado. En las últimas 4 reuniones de política, los recortes han sido de una magnitud de 50 pb, para llevar el indicador a un nivel de 8.0%.
Las actas señalaron que el mismo funcionario indicó que pese a que la postura monetaria sigue siendo restrictiva, el espacio para continuar con su calibración se ha agotado. Advirtió que, si bien se mantienen ciertos espacios en el contexto externo, ello no contrarresta las limitaciones derivadas de las presiones inflacionarias internas.
Afirmó que los posibles cambios arancelarios promulgados por Estados Unidos, a pesar de ser el principal elemento de incertidumbre, no serán determinantes hasta que se tenga claridad sobre la temporalidad de las acciones implementadas y sus efectos.
El mismo funcionario aseveró que si bien hay un estancamiento de la economía, los pronósticos no apuntan a una recesión que debilite lo suficiente la demanda agregada y que, por lo tanto, la expectativa de una baja inflación derivada de mayores condiciones de holgura, que además de que no se ha materializado, “no es realista”.
Dijo que el pronóstico del Instituto Central presenta dos brechas significativas respecto de la inflación observada y esperada respectivamente que comprometen su credibilidad. Señaló, primero, la brecha entre la inflación observada y la pronosticada previamente.
Añadió que de forma recurrente se hacen revisiones al alza al pronóstico con lo que se corre el riesgo de que de persistir esta brecha más adelante la convergencia se posponga. Identificó como segunda brecha la diferencia entre el pronóstico del banco central y las expectativas de los analistas.
Otro miembro de la Junta opinó que tomando en cuenta los repuntes en la inflación, la dinámica de la inflación medular no exhibe una aceleración hacia finales de año y principios del 2026.
Afirmó que ante el mayor grado de holgura esperado del producto y por la moderación del mercado laboral y el crecimiento salarial se continúan anticipando menores presiones inflacionarias. El mismo funcionario refirió el comportamiento ordenado de los mercados en la “fase de reducciones de mayor magnitud como prueba de ello”.
Según las minutas, otro de los responsables de la conducción de la política monetaria consideró que tasa real ex ante ubicaría todavía holgadamente por encima del intervalo de neutralidad. Resaltó que la política monetaria se debe enfocar en mantener el anclaje de las expectativas de inflación, especialmente aquellas de mayor plazo.
“Advirtió que no se tiene una postura predefinida ni una actitud de tolerancia o indiferencia con los niveles actuales de inflación o ante el aumento reciente de esta, sino que las decisiones son una respuesta adecuada en un régimen de objetivos de inflación ante la coyuntura”.
También te puede interesar: Sondeo IMEF de julio mantiene PIB 0.1% e inflación 4.0% para 2025; ajusta PIB de 2026 a 1.3%