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El omeprazol es uno de los medicamentos más recetados en el mundo para tratar problemas digestivos como reflujo gastroesofágico, gastritis o úlceras. Pertenece a la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP), junto con otros fármacos como esomeprazol, pantoprazol, lansoprazol y rabeprazol. Aunque su eficacia está comprobada, su uso prolongado puede tener consecuencias adversas para la salud que han encendido alertas entre especialistas.
Principales efectos adversos del omeprazol y otros IBP
Entre los efectos comunes del omeprazol a corto plazo se encuentran dolor de cabeza, náuseas o vómitos, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal, flatulencia, mareo, fatiga y sequedad bucal.
Además, varios reportes médicos han documentado efectos secundarios en el sistema nervioso central, es decir: el cerebro, incluso con usos de corta o mediana duración.
El omeprazol y otros IBP se han asociado con la aparición o empeoramiento de síntomas como depresión y ansiedad, estas reacciones podrían estar relacionadas con alteraciones en la absorción de nutrientes como el magnesio y la vitamina B12, cambios en la microbiota intestinal o efectos indirectos sobre neurotransmisores.
También se han registrado casos raros de convulsiones en personas que toman omeprazol, especialmente en presencia de hipomagnesemia, tratamientos prolongados o enfermedades neurológicas previas.
¿El omeprazol causa demencia? Esto dice la evidencia
En 2016, un estudio observacional realizado en Alemania y publicado en JAMA Neurology sugirió que el uso prolongado de omeprazol y otros IBP podría estar relacionado con un aumento del 44 % en el riesgo de desarrollar demencia en personas mayores de 75 años. El estudio, encabezado por Britta Haenisch y sus colegas, se basó en datos de más de 74,000 personas.
Desde entonces, otros estudios han tratado de verificar o refutar esta asociación. Un análisis de cohorte en Estados Unidos, realizado por Kaiser Permanente y publicado en 2017, no encontró una relación significativa entre el uso acumulado de omeprazol o IBP y el riesgo de demencia o Alzheimer.
Una revisión sistemática publicada en 2022 que analizó datos de más de 200,000 pacientes tampoco logró confirmar una relación directa entre el omeprazol y el deterioro cognitivo. Aunque se detectó un riesgo relativo levemente aumentado (1.16), los investigadores concluyeron que no hay evidencia suficiente para afirmar que los IBP causen demencia.
Otro metaanálisis más amplio, con información de 642,305 pacientes, arrojó resultados similares: no hubo aumento estadísticamente significativo del riesgo de demencia en usuarios de omeprazol y fármacos relacionados.
No obstante, algunos estudios aislados, como uno realizado en Taiwán, sí detectaron un riesgo moderadamente mayor (22 %) de demencia en personas que utilizaron IBP como el omeprazol de forma crónica.
Los expertos coinciden en que los estudios observacionales, como el que involucra al omeprazol, no prueban una relación causal. El aparente aumento del riesgo podría explicarse por factores como la edad avanzada, enfermedades preexistentes, deficiencias nutricionales o la toma simultánea de otros medicamentos.
Hasta ahora, no se ha demostrado científicamente que el omeprazol cause demencia, pero existe un debate vigente que ha motivado a la comunidad médica a recomendar un uso más cuidadoso y temporal de este tipo de fármacos, especialmente en adultos mayores.
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