
Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 16 segundos
El 13 de junio de 2025 marcó el inicio de un conflicto que durante años parecía inminente. Ese día, Israel lanzó una ofensiva aérea sorpresa sobre instalaciones estratégicas de Irán, bajo el argumento de impedir que el país persa obtenga armas nucleares. Desde entonces, la región se ha sumido en una espiral de ataques, amenazas y advertencias. Y ahora, con la entrada de Estados Unidos en el conflicto, el escenario ha cambiado radicalmente.
¿Qué es el plan nuclear de Irán?
El plan nuclear de Irán es el conjunto de actividades científicas, técnicas e industriales que ese país ha desarrollado desde los años 70 para dominar el ciclo completo del combustible nuclear. Aunque Irán afirma que su programa tiene fines pacíficos, como la generación de electricidad y la producción de medicamentos, países como Israel, Estados Unidos, Francia y Reino Unido sostienen que también podría tener un objetivo militar: la fabricación de armas nucleares.
Para construir una bomba atómica se necesita urano altamente enriquecido (al 90?%) o plutonio. Irán ha llegado a enriquecer uranio hasta un nivel del 60?%, lo que se considera muy por encima de los requerimientos para usos civiles y un paso técnico relativamente corto hacia el armamento nuclear.
Además, Irán ha construido instalaciones nucleares subterráneas reforzadas como Natanz, Fordow y Arak, ha limitado en ocasiones el acceso a inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y ha desarrollado tecnología que puede tener doble uso: civil y militar.
¿Por qué a Israel le preocupa tanto?
Israel considera el plan nuclear iraní una amenaza existencial. No solo por el potencial destructivo de un arma atómica, sino por el contexto político que lo rodea. Desde la Revolución Islámica de 1979, Irán ha mantenido una postura ideológica hostil contra Israel, al que sus líderes han calificado como “régimen ilegítimo” o incluso “cáncer en el corazón de Medio Oriente”.
Además, Irán es uno de los principales patrocinadores de grupos armados que combaten directamente a Israel, como Hezbolá en Líbano, Hamas en Gaza y diversas milicias en Siria, Irak y Yemen. Un Irán con armas nucleares, teme Tel Aviv, tendría capacidad para actuar con total impunidad y multiplicar la amenaza regional.
Israel tiene una doctrina clara: no permitirá que sus enemigos desarrollen armas nucleares. Ya destruyó un reactor en Irak en 1981 (Operación Ópera) y otro en Siria en 2007 (Operación Huerta). Lo que ocurrió este mes fue la extensión de esa política, ahora contra Irán.
El inicio de la ofensiva: Operación León Naciente
El 13 de junio, Israel ejecutó la Operación León Naciente, una ofensiva aérea de precisión que alcanzó instalaciones nucleares clave en Natanz, Fasa e Isfahán, así como bases de la Guardia Revolucionaria iraní.
Según fuentes militares, el objetivo era evitar que Irán cruzara el umbral nuclear, es decir, que lograra fabricar su primera bomba atómica. La operación, aunque exitosa en lo militar, marcó un punto de no retorno: era la primera vez que Israel atacaba directamente el territorio iraní a esa escala.
La respuesta de Irán: Promesa Verdadera III
Irán respondió esa misma noche con la operación Promesa Verdadera III, lanzando más de 150 misiles balísticos y alrededor de 100 drones explosivos contra ciudades israelíes como Tel Aviv y Haifa. Algunos misiles fueron interceptados, pero otros causaron daños en infraestructura civil, incluyendo hospitales.
Ante la ONU, Irán invocó el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, que permite a los Estados actuar en legítima defensa. Al mismo tiempo, advirtió que si Estados Unidos intervenía directamente, “la guerra se extendería a toda la región”.
EE.UU. entra en la guerra
Este 22 de junio, Estados Unidos confirmó que ha lanzado sus primeros ataques directos contra Irán, bombardeando tres instalaciones nucleares clave: Fordow, Natanz e Isfahán. El presidente Donald Trump declaró que la operación fue un “éxito militar espectacular” y que tenía como objetivo “neutralizar la amenaza nuclear del principal Estado patrocinador del terrorismo”.
Los ataques fueron ejecutados con bombarderos furtivos B-2 y misiles Tomahawk lanzados desde submarinos, utilizando bombas perforadoras de búnker capaces de destruir instalaciones subterráneas reforzadas.
¿Por qué intervino EE.UU.?
1.- Riesgo nuclear: Según fuentes del Pentágono, la ofensiva israelí no fue suficiente para eliminar todo el potencial nuclear iraní, por lo que EE.UU. decidió completar la tarea.
2.- Presión política interna: Sectores republicanos y el propio Netanyahu presionaron a Trump para actuar, apelando a la defensa de los aliados y al liderazgo global.
3.- Fracaso diplomático: Tras semanas de negociaciones en Ginebra, EE.UU. concluyó que Irán no cedería por medios diplomáticos.
¿Qué puede pasar ahora?
La escalada ha puesto al mundo ante múltiples escenarios posibles:
Escenario // Consecuencias posibles
Represalia iraní
Irán ha prometido responder no solo directamente, sino a través de milicias aliadas en Irak, Siria, Yemen y Líbano.
Guerra regional
El conflicto podría expandirse a otros países y afectar el comercio internacional, especialmente si se bloquea el estrecho de Ormuz, vital para el petróleo.
Colapso diplomático
Naciones Unidas y potencias europeas exigen un alto al fuego, pero la vía diplomática se ha reducido drásticamente.
Crisis interna en EE.UU.
El Congreso podría cuestionar la constitucionalidad de la intervención sin aprobación previa. El debate sobre la autoridad presidencial ya comenzó.
Lo que comenzó como una ofensiva preventiva de Israel se ha transformado en un conflicto militar a gran escala con la participación directa de Estados Unidos. Irán, lejos de retroceder, ha intensificado sus ataques y ha prometido seguir adelante con su programa nuclear.
El temor de Israel a un Irán nuclear, la falta de avances diplomáticos y las tensiones acumuladas durante décadas han desembocado en una crisis de dimensiones históricas.
También te puede interesar: Aprueba Parlamento de Irán bloquear el estrecho de Ormuz para afectar transporte de hidrocarburos